*Nota del editor: Esta historia se publicó originalmente el 24 de octubre de 2019.
Se supone que las grandes rivalidades se construyen con el tiempo. Los jugadores van y vienen, los aficionados maduran y llevan a sus hijos con ellos, los partidos continúan. La longevidad constituye un gran atractivo.
Los New York Red Bulls y el D.C. United han disputado 95 cotejos desde 1996, con el United imponiéndose en 43 ocasiones y ganando 13 títulos de la Atlantic Cup, contra los 11 de los Red Bulls. La rivalidad entre Seattle Sounders y Portland Timbers se remonta al triunfo 1-0 de Seattle contra sus rivales del sur el 2 de mayo de 1975. En total, han jugado 102 partidos en un periodo de 44 años y cinco ligas, lo cual equivale aproximadamente tres generaciones de animosidad y quites causantes de hematomas.
Y tenemos el enfrentamiento LA Galaxy-LAFC. Habrán pasado apenas 572 días desde el inicio del derbi de El Tráfico cuando ambos equipos se vean las caras en las Semifinales de la Conferencia del Oeste en el Banc of California Stadium (9 pm, hora del Este, en vivo por ESPN Deportes). Se necesitó de un poco más de 18 meses para que esta rivalidad se convirtiera en una de las más fuertes, tensas y entretenidas de la MLS; con el partido de esta semana (el primero que definirá el destino de una franquicia en la temporada) prometiendo agregar nuevos elementos a esta trama en rápido desarrollo. Adquieran sus boletos mientras puedan.
Es notable el poco tiempo en el cual El Tráfico se ha convertido en un evento, pero no debería sorprender demasiado. Analicemos los equipos involucrados. El Galaxy siempre se ha considerado a sí mismo como la franquicia glamorosa de la MLS. Querían ser la versión estadounidense del Real Madrid, unos Galácticos estadounidenses capaces de exportarse a nivel internacional. Este es el equipo de David Beckham y Hollywood, ganador en cinco ocasiones de la MLS Cup y que jamás ha renunciado a sus ambiciones, a pesar de que los resultados en la cancha hayan sufrido. El equipo proyectaba estilo, clase y elegancia, sin importar los resultados.
Luego, apareció el LAFC, vestido de negro y con actitud de chicos malos, con un estilo cool digno del centro de la ciudad. Este equipo tuvo un inicio con historia con la afición del Chivas USA, solo que su equipo y gerencia tomó las decisiones correctas. El Banc of California Stadium, ubicado a un lado de la autopista y cerca del transporte público, destila confianza y personifica lo que necesita ser la MLS en el año 2019 y más allá. Si el Galaxy usó la corona, el LAFC fue a buscarla… y lo hizo a toda velocidad.
Los partidos entre ambas franquicias ayudaron a alimentar la rivalidad. En ese primer partido, Carlos Vela anotó en el quinto minuto, repitiendo en el 26; mientras que un autogol del Galaxy llevó al LAFC a ostentar ventaja 3-0. El Galaxy respondió gracias a un tanto de Sebastian Lletget, luego otro de Chris Pontius, con un gol de diferencia faltando 15 minutos por jugar. Allí fue cuando El León hizo acto de presencia. Zlatan Ibrahimovic, a menos de 48 horas después de su llegada al Aeropuerto de Los Ángeles, anotó con un rayo laser en el minuto 77 para después sellar la victoria en el alargue.
“No había sentido tata energía desde una final de la MLS Cup”, expresó Andrew Alesana, capo de la barra del Galaxy The Riot Squad, después del partido.
En la revancha disputada en julio, el LAFC tomó rápida ventaja 2-0, para después resignarse a ver como Romain Alessandrini y Ola Kamara anotaron sendos goles después del minuto 82 para empatar las acciones. En agosto, Zlatan anotó primero, Vela convirtió un penal y los equipos empataron. El Galaxy terminó el 2018 a un punto de clasificar a los playoffs, siendo sus tres encuentros contra el LAFC las notas destacadas del año.
Pasamos al 2019 y existe la creencia de que el LAFC no puede superar a sus rivales. Una derrota 3-2 en el Dignity Health Sports Park no hizo nada para cambiarlo, especialmente considerando que el equipo comandado por Bob Bradley había sido el mejor de la liga hasta ese momento. Un alocado partido a finales de agosto que terminó 3-3, con cinco goles en el primer tiempo y otro en el 53 para igualar las acciones autoría de Vela, fue el último entre ambos clubes antes del encuentro de este jueves. La cuenta hasta ahora: dos triunfos para el Galaxy, tres empates y cero victorias para el LAFC.
Todo lo anterior es divertido, pero una buena rivalidad necesita de algo más que partidos emocionantes para atraer al hincha casual. Necesita de personajes de carácter y de villanos. En esos aspectos, El Tráfico también tiene éxito.
Comenzamos con el gran protagonista. Ibrahimovic sabe hablar y respaldar su actitud con sus proezas en la cancha. Es un espécimen físico como jamás se había visto en la MLS, un goleador sin paralelo y una especie de cretino en las formas (en su mayoría) más maravillosas. Existe verdadera animosidad en sus palabras dedicadas al LAFC, un obvio disgusto que en ocasiones se pasa de la raya. Del otro lado, tenemos a Vela, un enigma de élite con la mejor zurda de la MLS escondida en su expresión sonriente y distante. Vela es el equivalente de la expresión ¯\_(ツ)_/¯ en la MLS: enloquecedor, brillante, etcétera. Ibrahimovic y Vela llegan allí de formas distintas, pero son cautivantes a partes iguales y eso beneficia a esta rivalidad.
En lo que respecta a su nombre, pues bien, El Tráfico es perfecto, tonto y perfectamente tonto. A Bob Bradley no le gusta y eso está bien. Probablemente, no está equivocado. Es un mote necio. Pero también es memorable y especial, un mote que resalta dentro de una liga dominada por el FC por aquí y el United por allá. Tal como la propia rivalidad, se trata de algo que está creciendo hasta convertirse en algo especial.
Seattle-Portland ostenta historia y pasión y la Cascadia Cup es una representación pura del esplendor del fútbol en América del Norte. La Atlantic Cup, disputada entre D.C. United y New York Red Bulls, tiene algo de ese atractivo. Se puede decir lo mismo del Clásico de California (LA Galaxy vs. San José), el Derbi del Río Hudson (NYCFC vs. New York Red Bulls), la Rocky Mountain Cup (Real Salt Lake vs. Colorado Rapids) y podríamos incluir el “Hell is Real” entre FC Cincinnati y Columbus Crew SC. Todos estos enfrentamientos tienen sus momentos, ocupan lugares especiales en los corazones y mentes de los hinchas más apasionados de un club de la MLS.
Pero si se es un aficionado neutral, El Tráfico es algo perfecto.