Era un partido amistoso. Pero dicen que los clásicos nunca son amistosos. Y menos un Argentina-Brasil. Se jugó como una final, y la albiceleste se llevó un recordado triunfo por 4 a 3 con una actuación estelar de Lionel Messi.
Lio, justamente, viene de marcar cinco goles ante Estonia, y ya está acostumbrado a convertir al por mayor. Pero ese 9 de junio de 2012, día del que se cumplen hoy 10 años, la Pulga anotó tres tantos ante el clásico rival.
La Argentina de Alejandro Sabella llegaba con buen paso a ese encuentro jugado en Estados Unidos, más precisamente en el MetLife de New Jersey. El equipo venía de golear 4 a 0 a Ecuador por la quinta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas y comenzaba a gestarse ese equipo que luego sería finalista, dos años más tarde, en el Mundial de Brasil 2014.
Esa tarde la Argentina formó con: Sergio Romero; Clemente Rodríguez, Federico Fernández, Ezequiel Garay y Pablo Zabaleta; Angel Di María, Fernando Gago, Javier Mascherano y José Sosa; Lionel Messi y Gonzalo Higuaín.
Brasil, en tanto, ya clasificado por ser local para el Mundial, formó con el equipo que venía jugando de cara a los Juegos Olímpicos de Londres, con muchos juveniles pero algunas figuras como Neymar, por caso, que con 20 años ya mostraba lo que podría brindar.
Los pentacampeones salieron a la cancha con: Rafael Cabral; Rafael, Bruno Uvini, Juan y Marcelo; Sandro, Romulo y Oscar; Neymar, Hulk y Leandro Damiño.
El partido, un partidazo con goles, situaciones y expulsados, había comenzado adverso para la Selección de Sabella: a los 22 minutos tras un tiro libre al área argentina Romulo entró solo para definir ante Romero y poner el 1 a 0 ante una estática defensa.
Pero a los 29 minutos iba a comenzar a aparecer Messi. Tras un gran pase de Higuaín la Pulga se metió entre los dos centrales brasileños y definió bárbaro al palo derecho del arquero para poner el 1 a 1.
A los 33, apenas unos minutos después llegaría otra joya colectiva con una gran definición de la Pulga. Tras varios toques en la mitad de la cancha Di María habilitó a Lío para que encare en velocidad y eludiendo al arquero, definiera con el arco libre: 2 a 1.
Un Messi rapidísimo, picante y muy fino frente al arco le daban un plus al equipo albiceleste, que tenía jugadores de muy buen pie como en la mitad de cancha como Gago, el Principito Sosa y Fideo Di María.
El partido era entretenido y abierto: los dos daban ventajas en el fondo, y la Argentina contaba con espacios como para definirlo. Pero no pudo aprovechar sus chances y Brasil se lo empató.
A los 10 minutos del complemento Oscar definió muy bien ante la salida del arquero (y una defensa muy abierta) y puso el 2 a 2. Sin embargo la sorpresa sería mayúscula porque un rato más tarde Brasil, que al comienzo del segundo tiempo pudo recibir más goles en contra, se puso 3 a 2 arriba.
Tras un tiro de esquina de Neymar y una fallida salida de Romero, Hulk aprovechó el regalo del 1 argentino y marcó con el arco vacío una diferencia que parecía exagerada para la verdeamarelha.
Pero estaba Messi en la cancha, y todo iba a cambiar. Primero, a los 30 minutos, ya con Aguero en cancha, el Kun iba a mandar un centro para que Federico Fernández de cabeza pusiera el 3 a 3 parcial.
Parecía definitivo el resultado, pero quedaba la joyita de Messi. Una más, pero en esta caso la Pulga iba a notar un verdadero golazo para la victoria final por 4 a 3.
Faltaban seis minutos para el final cuando Lio tomó la pelota por la derecha cerca del mediocampo, en terreno rival, eludió a Marcelo y comenzó una carrera imparable: encaró hacia el arco y cuando llegó al borde del área sacó un remate que se clavó en el ángulo del arquero para sellar el triunfo. Golazo.
Sin dudas fue un partido inolvidable de Messi, que jugó en un gran nivel opacando a la otra figura del momento, hoy su amigo y compañero de equipo en PSG, Neymar. En el final del encuentro Marcelo y Lavezzi vieron la roja. Sí, al partido no le faltó nada.
"Estoy muy contento por el resultado, más allá que era un partido amistoso, esto lo necesitamos para crecer", dijo un humilde Lío luego de la gran victoria.
Ese 2012 fue un año fantástico para Messi, ya que terminó marcando nada menos que 91 goles. En el Barcelona anotó 79 (59 en la Liga, 13 por Champions, 5 en la Copa del Rey y 2 en la Supercopa de España), mientras que con la Selección convirtió 12 (5 en Eliminatorias y 7 en amistosos).
Pese a semejante nivel, sólo ganó la Copa del Rey en esa temporada. Y claro, le ganó el duelo a Brasil con una actuación consagratoria y un hat-trick para el recuerdo.