A base de trabajo, determinación y constancia, Juan Máximo Reynoso se ganó a pulso ser candidato a entrenar a la Selección Peruana y esta semana cumplió su sueño: es el flamante seleccionador de cara al proceso eliminatorio para el Mundial 2022.
Será, además, la vuelta del Cabezón al combinado patrio 22 años después del fin de su ciclo como jugador. En febrero del 2000, Perú cayó 2-1 ante Colombia en las semifinales de la Copa de Oro y sin saber el posterior desenlace, Juan Reynoso disputó su último partido como seleccionado. Francisco Maturana decidió no llamarlo para las Eliminatorias a Corea Japón 2002 y con ello acabó su ciclo en la Selección.
Fue el punto final para el capitán de la Selección Peruana que rozó la clasificación al Mundial Francia 1998 (Chile se quedó con el último cupo por diferencia de gol). Para uno de los mejores representantes del fútbol peruano a nivel internacional en la década de los 90, que jugó 84 partidos, disputó 4 Copas América, tres Eliminatorias y que se quedó con las ganas de jugar una Copa del Mundo.
¿Cómo jugaba Juan Reynoso? Un rasgo distintivo era su buena salida de balón, producto de sus inicios como volante ofensivo; como central destacaba por su posicionamiento, lectura, solidez y liderazgo, dentro y fuera de la cancha. No por nada destacó en Cruz Azul y supo ser uno de los mejores extranjeros de la liga mexicana. En la Máquina, consiguió una Liga, una Copa, dos Liga de Campeones de la Concacaf y llegó a la final de la Copa Libertadores 2001.
Más de dos décadas después y tras una exitosa carrera como entrenador a nivel de clubes, el Cabezón vuelve a la Selección Peruana en busca de un objetivo que no pudo lograr como jugador: clasificar a una Copa del Mundo.