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Ecuador puso el color del partido inaugural

AL KHOR (Enviado especial) -- El público de los partidos inaugurales de las Copas del Mundo tiene sus particularidades. Es único. La expectativa por ver el primer encuentro de un evento esperado durante cuatro años explica los colores unidos y diversos que se ven en los alrededores del estadio y en las tribunas. Este es un evento global y ni siquiera hace falta que juegue tu propia Selección nacional para ir embanderado a disfrutar del fútbol. El Mundial lo jugamos todo.

El comienzo de Qatar 2022 entró en esta lógica, aunque está claro que los aficionados qataríes y los ecuatorianos fueron los protagonistas principales en Al Khor. Acerca de los primeros ahondaremos en las próximas horas en la descripción de su comportamiento, mientras que sobre los sudamericanos sí hay algo que decir en el día de victoria más esperada.

Además de los rivales del día, hubo grupos de hinchas de Argentina (los más ruidosos), Brasil, Marruecos, Dinamarca, Canadá, Túnez, Francia, Uruguay y hasta Argelia, que ni siquiera logró clasificarse. Por supuesto, esto es solo lo que este cronista pudo ver. Lo más probable es que aún más naciones hayan estado representadas.

Lo primero que debe quedar claro es que Ecuador queda lejos. No es fácil llegar desde Quito o Guayaquil a Medio Oriente y aquellos privilegiados que emprendieron la travesía lo saben. "Tardamos dos días en llegar y ahorramos durante varios años porque sabíamos que la Tri iba a clasificar", afirma Rodrigo y resume de ese modo el sentimiento de un pueblo.

Decir que los hinchas tricolores coparon las tribunas del estadio Al Bayt es entrar en una exageración imprudente. Sí llegaron en un digno número a un sitio inhóspito incluso para quienes se hospedan en Doha. Este escenario es el que está ubicado más al norte y la escenografía que lo rodea es la que cualquiera se puede imaginar de un país de la península arábiga: sol, arena y llanura. De todos modos, ver a tu seleccionado en el partido inaugural de un Mundial vale toda travesía.

En los días previos se difundió desde Ecuador que cerca de cinco mil hinchas llegarían para apoyar al equipo de Gustavo Alfaro. Lo harían desde diversos puntos del planeta, no solo desde casa. Acercarse a un número exacto no es posible, pero sí se puede decir que había un buen número de simpatizantes de la Tri este domingo en este imponente estadio.

Lo mejor para marcar presencia en este tipo de situaciones es montar una escena. Y lo hicieron. Los ecuatorianos y las ecuatorianas se reunieron y se ubicaron detrás de uno de los arcos, desde donde en varios momentos del juego hicieron sentir su aliento. No vieron ninguno de los goles de Enner Valencia en primer plano, pero sí disfrutaron de una victoria mucho más tranquila de lo imaginado.

El grupo era numeroso y le puso color a la noche. Es que la vestimenta típica de los qataríes era la predominante en las tribunas y el blanco de los thawbs, las vestimentas tradicionales del pueblo árabe, era mayoría. Entonces, ese gran manchón amarillo resaltaba en la inmensidad de un estadio lujoso y exagerado. Desde su rincón, Ecuador le puso algo de calor latino al comienzo de la Copa.

Uno de los momentos que se recordará de este partido será cuando los simpatizantes de la Tri comenzaron a gritar "queremos cerveza, queremos cerveza". Es que horas antes la organización prohibió la venta de alcohol en los estadios y aquellos que llegaron con ganas de disfrutar una bebida mientras veían ganar a su Selección no pudieron hacerlo. En medio de la alegría por el triunfo claro e indiscutible, los ecuatorianos expresaron su descontento y entonaron una especie de canción de protesta.

Los asistentes a este encuentro han sido unos privilegiados. No solo porque ver la apertura de un Mundial es algo único, sino también porque pudieron gritar tres goles (uno de ellos fue anulado por posición adelantada). Además, se fueron con la certeza de que sus jugadores harán todo para cumplir su sueño y ellos mantendrán el compromiso para alentar en cada ocasión. Porque saben que el sueño es posible y que el comienzo de la historia no pudo ser mejor.