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Variantes de calidad, carácter y un grupo sólido, virtudes de la Selección rumbo a los cuartos

Scaloni sigue cambiando y encontrando buenas respuestas de los jugadores. AP

DOHA -- Profundidad del plantel. Variantes que funcionan. Jerarquía en diversos puestos. Carácter para ingresar en situaciones límite. Diversidad de características. Conciencia grupal para acompañar los cambios. Son todas las virtudes que ya ha mostrado la Selección Argentina en la Copa del Mundo de Qatar 2022, que tranquilizan su camino y su preparación para el partido de cuartos de final frente a Países Bajos.

Estas cualidades, sumadas y retroalimentadas, le dan fortaleza colectiva a la Albiceleste de cara a la recta final del máximo torneo. El equipo dirigido por Lionel Scaloni tiene individualidades de primer nivel, con Lionel Messi a la cabeza como líder futbolístico y espiritual, pero sobre todo tiene una ambición común a cada integrante del plantel. Cada uno juega por y para su compañero. Parece un rasgo obligatorio en la élite, pero no lo es. Y representa una gran virtud.

Scaloni llegó a Medio Oriente con una idea clara. Un "once de memoria", como los tradicionalistas reclaman y ponderan. Pero la lesión de Giovanni Lo Celso le desacomodó los papeles. En una maquinaria tan bien aceitada, una pieza menos es suficiente para que deje de funcionar. Entonces, tuvo que improvisar y para eso se apoyó en la profundidad de su plantel. Argentina tiene cantidad y calidad como para replantear estrategias, siempre con la misma idea primaria de ser protagonista desde el buen pie y el manejo.

Para que las variantes funcionen, es necesario que sean de calidad y, sobre todo, que tengan personalidad. Enzo Fernández y Alexis Mac Allister son dos jóvenes con un futuro muy promisorio. Se sumaron hace poco al grupo y se creía que iban a esperar su turno en el banco. Sin embargo, tuvieron que hacerse cargo de la camiseta nacional mucho antes de lo que habían imaginado. Y brillaron. Con gran jerarquía y un carácter de hierro. Entraron en un momento muy complejo, en el que una derrota podía ser lapidaria. Y fueron figuras.

Se necesita un tipo de fortaleza mental muy particular para jugar con la soltura que lo hicieron. Una inteligencia emocional superior. La responsabilidad los hizo crecer, no los apichonó. Ya son jugadores del fútbol europeo, pero sin dudas después de este Mundial estarán listos para dar el salto hacia los clubes más importantes del planeta. Su calidad está probada en el ámbito más difícil.

Como ellos, Julián Álvarez también se ganó el puesto en pleno desarrollo del torneo. Con Lautaro Martínez tocado y con llamativas dificultades para definir, el exdelantero de River Plate y actual jugador de Manchester City irrumpió como irrumpen los grandes: sin dar lugar a la discusión. Corrió, metió y convirtió. Fue, como Enzo y Alexis, una inyección de energía para sus compañeros. Ya juega en uno de los gigantes de la Premier League y le espera una larga carrera allí.

Además del ya mencionado y fundamental carácter para afrontar el desafío máximo de sus carreras, los futbolistas que aparecieron en plena Copa también han sumado diversidad a los planteos. Con Lo Celso el equipo tenía inventiva en el tercio final y toque, mientras que Alexis le da más dinámica y movilidad entre líneas. Algo similar sucede con Fernández, que reemplazó a Leandro Paredes y le dio más verticalidad al mediocampo. En tanto, Julián se amalgamó muy bien con Lionel Messi y le otorgó vigor a la ofensiva.

No solo debe haber cualidades individuales para que los nuevos potencien el equipo, sino también decisión del cuerpo técnico y, sobre todo, conciencia grupal acerca del objetivo. En Argentina no hay vanidades. Lo importante es el bien común, y, si eso implica que pierdan el puesto quienes siempre habían sido titulares inamovibles, entonces así será. Paredes, Alejandro Gómez, Martínez y cualquiera de los más experimentados del ciclo han sabido ceder en sus intereses particulares si eso significa un beneficio para el conjunto.

Mucho se ha hablado de la "jerarquía" de los convocados. De qué tan importante es jugar en las mejores ligas y destacarse en los clubes más reputados del planeta. Desde luego que es muy relevante, casi una condición indispensable para llegar hasta las instancias finales. De los 26 convocados, 22 se desempeñan en las cinco grandes ligas de Europa. Solo Franco Armani (River Plate), Thiago Almada (Atlanta United) y Enzo Fernández y Nicolás Otamendi (Benfica) no lo hacen. El último jugó buena parte de su carrera como titular en Manchester City y Enzo ya se dijo que tiene un futuro asegurado en algún gigante.

Esto significa que Argentina cumple con el requisito: sus futbolistas están acostumbrados al primer nivel. Sin embargo, este Mundial ha dejado claro que tanto o más importante es tener un equipo sólido, con una idea clara y una comunión grupal fortalecida. Y el combinado nacional que lideran Scaloni y Messi hace de esa cualidad su principal bandera.