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Argentina afronta un día de descanso clave para recuperar energías y preparar la recta final

DOHA (Enviado especial) -- Tres partidos en ocho días. Eso fue lo que disputó la Selección Argentina entre el 26 de noviembre y el 3 de diciembre. Tres partidos que no fueron para cumplir con un calendario como ocurre en la mayor parte de la temporada europea, sino que estuvieron cargados de tensión competitiva y de nervios. Tres encuentros en los que se definió el futuro, en el sentido más amplio del término. Por eso, el desgaste fue tan grande y por eso el alivio también lo es.

Después de la derrota increíble en el debut contra Arabia Saudita, la Albiceleste afrontó los choques contra México y Polonia como si fueran de eliminación directa. Una nueva caída la dejaría afuera en primera ronda, algo tan inimaginable como doloroso. El equipo mostró capacidad de reacción, valentía y juego, pero en el camino se agotó en lo físico, algo que fue suplantado por la fuerza de voluntad en los minutos finales contra Australia, el verdadero primer duelo de las rondas de definición.

Tras la tranquilizadora victoria en el estadio Ahmed Bin Ali, llegó el primer alivio verdadero del Mundial. La primera posibilidad de parar la pelota y tomar oxígeno antes de afrontar la recta final rumbo al sueño. La seguidilla de encuentros afectó a todos los participantes, pero algunos tuvieron la oportunidad de cuidar jugadores por su posición más holgada. No ha sido el caso de Lionel Scaloni, que jamás pudo aflojar la intensidad. Quizás, a la larga, eso sea un valor positivo.

Este domingo, tras el triunfo en octavos de final, el plantel tuvo el primer día libre de la Copa. Desde luego, los futbolistas decidieron descansar y pasar tiempo con sus familias, que los acompañan en Qatar. A pesar de que tuvieron oportunidades de encontrarse, esta jornada de relajación es fundamental para encarar el tramo final y más importante de la competencia. La liberación mental es también algo indispensable para después enfocarse en las metas deportivas.

Lo dijo Lionel Scaloni tras el choque con Polonia: jugar menos de 72 horas después era algo por lo menos cuestionable. Lo apretado del fixture obligó a que entre la primera fase y los octavos no hubiera días de descanso y eso le quitó la ventaja deportiva a los que ganaron su grupo. Es cierto que, como aquí se dijo, Argentina no tuvo un desgaste particular frente a los polacos, pero la acumulación de partidos y, sobre todo, de situaciones límite, hizo que el conjunto nacional se mostrara menos lúcido por el cansancio.

Le costó fluir en varios momentos del encuentro contra Australia a la Albiceleste, como si la fatiga nublara los sentidos en ciertas circunstancias. No fue un problema grave, porque pudo mantener el ritmo e impuso condiciones, aunque sí se vio obligada a soltar la posesión en algunos tramos y a correr menos con la pelota en otros. Las piernas más pesadas y los movimientos menos lúcidos se notaron y generaron preocupación.

Sin embargo, la Selección sacó fuerza de voluntad y consiguió una victoria muy celebrada. Ahora, tras el día de descanso, tendrá cuatro entrenamientos antes del choque frente a Países Bajos. Será la ventana más prolongada entre encuentros y se aprovechará para recuperar en lo físico y para ajustar en lo futbolístico. Con la cabeza fuerte como está y el físico a punto, Argentina está lista para continuar su camino hacia la gloria máxima.