Al menos en colorido, apoyo y confianza, Brasil golea. A ver si ese dominio se sostiene hoy en la cancha del 974.
Si avanzan viene Croacia, pero quieren a Argentina… Y todo indica que así será. La torcida brasileña no cesa en sus cánticos, pero tampoco deja a un lado la rivalidad mundial que se espera se dé en las semifinales si Argentina logra vencer a Holanda y la Canarinha, si gana, supera también la siguiente etapa contra los croatas.
Los cánticos van en recuerdo a Diego Armando Maradona y Lionel Messi. Cimbran el metro, las calles de Doha. Brasil tiene en mente a Argentina y Argentina tiene en mente a Brasil, seguramente. Lo de esta noche en el Estadio 974 seguro será un trámite aún y cuando las sorpresas en el Mundial se dan y la de hoy sería histórica.
“Queremos eliminar a Lio Messi de ‘su’ Mundial. Ojalá lo podamos ver en las semifinales”, asegura Edson Alves, aficionado de la ‘amarilla’ que lleva los tambores en el metro sin dejar de tocarlos. De hecho ese sentimiento lo tienen sus compatriotas, ya que a cada momento entonan ese cántico portugués que remite a Lionel Messi.
En las inmediaciones del 974 no hay otro color que no sea el amarillo. No hay otro ritmo que sea la samba. Un torcedor se toma incluso el tiempo de arrebatarle el megáfono a un agente de seguridad y apoyar en forma estridente al ‘scratch du oro’ en medio de la risa del propio guardia que lo toma a broma dicho arrebato.
Brasil transforma este Mundial con su colorido especial. Acaso con el ambiente que dejaron atrás los mexicanos y que recuperaron los brasileños para volver a creer en un ambiente mundialista. “Venimos porque vamos a ver a Brasil campeón. Nosotros estamos seguros que esta noche Brasil avanza. Queremos a Argentina en semifinales”, sostiene otro seguidor sudamericano, en tanto, otros connacionales suyos se acercan para gritar “Brasil Petacampeón, Brasil Pentacampeón”.
La fiebre amarilla contagia. Se apodera incluso de los que van al estadio sin adoptar un equipo referido. Hay mexicanos con sombrero charro, pero la playera de Brasil. “Somos mexicanos, pero queremos que Brasil gane el Mundial. Si ya no está nuestra selección decidimos seguir a Brasil”, revela una mexicana que luce también los colores verde-amarillos en su rostro.
El río humano inunda el 974 de poco. Apenas unas manchas rojas se advierten en la explanada, porque también hay seguidores de Corea del Sur, pero realmente son minoría. Aún así se toman fotos con los brasileños y apenas se juntan para no quedar inadvertidos entre los medios de comunicación. Hoy parecen ser las víctimas de Brasil, pero son 90 minutos y el balón puede rodar para cualquier equipo. Al menos en colorido, apoyo y confianza, Brasil golea. A ver si ese dominio se sostiene hoy en la cancha del 974.