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Azcárraga Jean aplazará la #YuntaDeDueños, hasta que le convenga

DOHA — El cadáver ya apesta, se descompone, se encarroña. Y los deudos, que son también los responsables de la tragedia, se agazapan, se esconden. La Selección Mexicana ni siquiera es velada correctamente. Ha sido arrojada a la fosa común de los fracasos sin memoria.

Sin embargo, el subsuelo sí se conmociona. La #YuntaDeDueños estaba programada hasta mayo, pero ya hay propietarios de clubes que no quieren perder el tiempo, tanto tiempo.

Varios de esos dueños de equipos, conforme a diversas fuentes consultadas, han pasado sobre Yon de Luisa. Urgen a Emilio Azcárraga Jean a acelerar esa asamblea extraordinaria para el mes de enero. Y quieren soluciones y quieren cabezas en la picota.

Han pasado ya diez días desde el anuncio de Yon de Luisa: 60 días para dar explicaciones y soluciones. Sin embargo, hay dudas sobre su eficiencia y sobre su capacidad para tomar las decisiones correctas.

A juicio de algunos propietarios, según versiones confirmadas, si durante cuatro años con una autoridad de membrete sobre Gerardo Martino no fue capaz de obligarlo a cumplir su contrato correctamente, ¿cómo puede presentar soluciones en 60 días?

En 2020, durante la Pandemia, le ofreció a Martino un avión privado para que viajara de Argentina a México y estuviera al tanto de la actividad, poca, por cierto, en la Liga Mx, y preparar los partidos de fin de año. El Tata se negó y De Luisa y Gerardo Torrado se culipandearon.

En 2022, con la Liga en juego, Martino alargó más de un mes sus vacaciones. Le pidieron que se presentara de inmediato. El Tata llegó cuando terminó su doctorado en cambiar pañales, pese a que las escandalosamente tristes actuaciones que tuvo en 2021 y en el primer semestre de este año, reclamaban trabajo.

Por la incapacidad de De Luisa para cuestionar al entrenador sobre temas de futbol, de convocatorias, de forma de juego, deberes propios de una Comisión de Selecciones Nacionales y de un presidente de federación, por todo ello, hay propietarios de clubes que ya urgen a Azcárraga Jean.

El primer paso, ya se había comentado aquí hace tiempo, es buscar a un director de selecciones nacionales, aunque todo indica que el mismo Emilio se inclina por el regreso de Ricardo Peláez, y el primer indicio público de ello, ya se dio, al pedirle que en el programa Los Maestros en TUDN repitiera el mismo discurso de De Luisa el primero de diciembre, y que coincidiría casi literal y textualmente con un editorial de Denise Maerker, la única comunicadora de la empresa con credibilidad pública.

También el puesto de presidente de la FMF es codiciado, pero es una curul sobre la cual Emilio no está dispuesto a transar ni a transigir. No permitirá que quede en manos y cabezas que él no pueda controlar, especialmente porque los derechos de transmisión de selecciones nacionales deben empezar a negociarse de cara al proceso mundialista de 2030.

Sin embargo, Yon de Luisa no perderá su criterio de autoridad. De hecho, será más útil para Emilio, involucrarlo totalmente con la organización del Mundial 2026, pese a que México sólo recibirá una limosna de partidos, en cuanto se defina, el próximo año, el formato final para la competencia. La FIFA ha dicho que puede ser un esquema de 12 grupos de cuatro equipos, hasta cuatro grupos de 12 equipos.

Más allá de versiones que aseguran que Estados Unidos y Canadá negocian con la Conmebol para jugar la Copa América, la realidad es otra, y se expuso aquí hace meses: De Luisa es un hábil negociante, y su propuesta ha sido que se juegue la Copa Panamericana en 2024.

Recuérdese que cuando la Copa América Centenario estaba casi cancelada, arruinada, fue el mismo Yon de Luisa quien la rescató. La Conmebol se había negado a seguir tratando con la Concacaf y su soberbia de imponerse en todos los detalles, para que, a su modo, se jugara en Estados Unidos.

La Conmebol se levantó de la mesa de negociaciones y dio por cancelado el proyecto de la Copa América Centenario. El plan de contingencia fue De Luisa, que de futbol—insisto--, sabe poco o nada, pero de conciliar y consensuar, con cifras de por medio, tiene un talento y personalidad especiales.

Por eso, Azcárraga Jean necesita de De Luisa en ese escenario, además del proyecto que ha presentado para que se jueguen hexagonales o pentagonales, en los que participen las tres selecciones nacionales anfitrionas, ya que no tendrán eliminatoria, pocos juegos oficiales como la Copa Oro, y necesitan formalizar frecuentes amistosos.

El plan de Yon de Luisa es que los seleccionados de México, Canadá y Estados Unidos viajen a jugar uno o dos hexagonales por año en terrenos de la UEFA, de Conmebol, de Asia, África y Oceanía, y otro torneo similar en estadios estadounidenses. El actual presidente de la FMF tiene un estimado de costos y beneficios de estas competencias.

Sin embargo, por todo lo ocurrido en el desastroso proceso de Martino, los dueños de clubes no quieren ya a De Luisa al frente de la FMF ni a gente suya en el manejo de las selecciones nacionales.

El problema es que lejos de unirse, a pesar del cuerpo presente y casi putrefacto del Tri, los dueños de equipos mantienen intereses en conflicto. El ya mencionado y conocido frente a frente entre el grupo con el que ya trabaja desde las penumbras Jesús Martínez Patiño, y el otro grupo, el que reporta diligente y sumisamente a Alejandro Irarragorri. Grupo Pachuca vs. Grupo Orlegi… otra vez.

Es evidente que Emilio Azcárraga Jean aplazará esa asamblea extraordinaria, hasta que tenga un control absoluto de nombres, procesos, objetivos, para mantener bajo su potestad y control a la FMF y por supuesto a la Selección Mexicana.

Es obvio que él no llegará desarmado a esa #YuntaDeDueños, sino con todos los hilos en la mano para hacer bailar a sus marionetas, incluyendo, como una forma de manipulación, las cantidades que deba entregar a los clubes por concepto de ingresos a través de FIFA, luego de la Copa del Mundo de Qatar.

Y mientras tanto, Yon de Luisa seguirá amparándose bajo ese plazo de los 60 días (ya pasaron diez) y el cadáver expuesto del Tri, de cuerpo presente, descomponiéndose, en la fosa común de los fracasos del futbol mexicano.