Camila Gómez Ares fue estrella en Boca Juniors, una de las pioneras en jugar y dar una vuelta en La Bombonera. Es una de las más queridas por el público xeneize y el cariño no solo se lo ganó con juego y goles: lo defendió con esfuerzo y perseverancia después de superar dos roturas consecutivas de cruzados y dar un ejemplo inspirador. Las lesiones la afectaron en su mejor momento y no pudo formar parte del proceso de la Selección Argentina para el Mundial 2019 y, en las puertas de Australia-Nueva Zelanda 2023, conversó con ESPN.com sobre sus inicios, trayectoria y el sueño mundialista.
Como le sucedió a muchas de sus compañeras, Camila Gómez Ares tuvo que sortear obstáculos y padecer momentos desagradables en sus inicios por amor al fútbol. En su caso, la familia la alentó a perseguir sus sueños y batalló por su derecho a jugar, cuando ella no tenía edad para hacerlo.
Los primeros pasos fueron duros porque las ligas le cerraban las puertas y los reglamentos le truncaban la chance de divertirse pateando una pelota. A Camu le negaron el fichaje en reiteradas oportunidades e incluso un entrenador llegó a retirar a su equipo de la cancha porque "no quería competir con una nena".
No tenía ni 6 años y recuerda como si fuera hoy a aquel tipo que le arruinó el debut, no solo por el trauma personal sino porque se topó con la certeza de que las cosas no serían sencillas si elegía blindar ese sueño a prueba de retrógrados.
La lucha de su madre y su padre hizo que su potencial se siga desarrollando y, de club en club, fue forjando sus talentos hasta llegar a Boca Juniors, su casa.
Según ella misma reconoce, junto a las Gladiadoras vivió sus mejores años y sabe que volverá más temprano que tarde para defender los colores que ama. En Casa Amarilla y alrededores se divirtió con la pelota en el pie y con grandes amigas de la vida que la acompañan hasta hoy. Pero también lloró y sufrió. Se cayó, se levantó y se hizo más fuerte después de cada golpe.
Como jugadora del Xeneize le tocó recuperarse de una seguidilla de lesiones que la alejó de las canchas casi dos años. Pasó días enteros en el gimnasio junto a los jugadores del masculino porque hacía doble turno para reponerse. Darío Benedetto, un entendido en el tema, le acercaba palabras de aliento y los kinesiólogos se volvieron parte de su contención psicológica.
Por la doble rotura de cruzados y la tendinitis posterior, Gómez Ares se perdió gran parte de sus chances de Selección para ir a Francia 2019 y también la Copa América 2022, que la encontró recuperando su nivel.
La oportunidad de sumarse a la preparación para Australia-Nueva Zelanda llegó sorpresivamente, porque no había formado parte de las ventanas FIFA y estaba jugando en Chile junto a Universidad de Concepción. Este anhelo no estaba en su agenda pero sí en su mente, desde siempre.
Esta Copa del Mundo la encuentra en su mejor momento, muy preparada y con la ilusión intacta de formar parte del plantel definitivo. "Desde que Argentina se clasificó al Mundial es mi objetivo y mi gran deseo estar. Hoy tener esta oportunidad es un poco el premio a haberla luchado tanto y no bajar los brazos. Estoy dejando todo, súper enfocada y ojalá mi sueño se pueda cumplir".
Junto a ESPN.com, Camu repasó los momentos más trascendentales de su carrera, reflexionó sobre las desigualdades de género y anticipó lo que se viene para el equipo de Germán Portanova.
Las puertas que le cerraron y la crueldad de "un fútbol que no era para nenas"
"Las trabas en el camino fueron muchas. Ahora soy más consciente por lo que me cuentan mis papás o mis familia, de chica no me daba cuenta. Yo tengo un hermano más grande que iba al fútbol y otra hermana que hacía gimnasia, entonces lógicamente me mandaban a gimnasia porque las mujeres no hacían fútbol. En mi casa me la pasaba jugando con mi hermano y en el club la cancha estaba al lado del salón de gimnasia, yo me quedaba todo el día ahí hasta que mi mamá me venía a buscar. Le pedía siempre que me esperara un córner más, no me quería ir. Fue así un tiempo así hasta que mi papá dijo ´Che la estamos obligando a hacer algo que no quiere, si está todo el día en la cancha jugando es porque lo que le gusta es el fútbol'. Pero era muy difícil, fue hace 25 años atrás y no había escuelitas de fútbol femenino, ni nenas que jueguen conmigo".
"Por suerte en ese club me dejaron jugar con varones, pero no iba a ser fácil porque la Liga no me dejaba. No podían fichar mujeres. Luego mi hermano se fue a otro club y me fui con él, mis compañeros me súper aceptaban. Pero en la Liga de Vicente López cuando me fueron a fichar hubo problemas. En la promocional jugaba con mis amigos sin problemas como una más. Y a principio de año cuando mandaban los carnets para ficharme, el mío lo rebotaban pensando que se habían equivocado. Lo hicieron un par de veces hasta que el presidente del club tuvo que hablar con el de la Liga, que le dijo que yo era mujer y no podía jugar. En el reglamento no especificaba el género, se daba por hecho que era obvio que era de varones. Entonces ese año tuvieron que ficharme porque no les quedaba otra y al año siguiente cambiaron el reglamento y pusieron ´Solo hombres´. Yo era la única mujer en toda la tira de baby fútbol, entre mil varones, y cambiaron el reglamento por mí".
"Yo no estaba haciendo nada malo, pero mi mamá me mandó al psicólogo porque yo no entendía qué estaba haciendo mal por hacer un deporte igual que mi hermano o mis compañeros. En el colegio tampoco me dejaban jugar, no entendían. Mi mamá buscaba clubes y consiguió uno que eran todas chicas de 16, 18 años...yo tenía 8, no podía jugar ahí. Años más tarde consiguió una liga mixta en capital, que el reglamento decía que era mixta. Ahí me pudieron fichar, pero nunca jugué con otra mujer, eran todos hombres. Por lo menos ahí pude hacer mi proceso para poder entrenar y jugar, que era lo único que quería, hacer lo que me gustaba.
"Tuve situaciones puntuales en partidos, con gente que te cruzabas, comentarios que le hacían a mi mamá, me mandaban a jugar al hockey porque era de mujeres. Si hoy me pongo a pensar en todo eso, ahora que lo cuento y veo todo lo que tuve que pasar, cada una de nosotras tiene una historia distinta pero similar: discriminación, trabas para hacer lo que nos gustaba. Hoy ver donde estamos y lo que conseguimos es muy gratificante, por todo lo que pudimos conseguir".
El día que un entrenador rival la humilló delante de todos
"Yo entrenaba todos los días y quería jugar, entonces mi entrenador me dijo que iba a poder hacerlo el fin de semana. Con los años, después mi mamá me contó que era un partidos de más grandes por los puntos y cuando terminaba iban a simular dos minutos de más para que yo pudiera jugar. Yo no sabía, era una inocencia total, estaba muy ilusionada. Lo habían pactado mi entrenador, el árbitro y el técnico del otro día. No tenía validez, era solo para que yo pueda jugar y estar feliz. Y cuando llegó el momento, el técnico del otro equipo sacó al equipo".
"Yo miraba a mi mamá en la tribuna para entender qué pasaba y mi técnico me llamaba a ver si ese era el problema. Y si me sacaba, el técnico volvía a poner al equipo. Lo hizo de nuevo y ahí se terminó. Los padres de los nenes del otro equipo le pedían perdón a mi mamá y a mi papá, era el técnico un machista que decía 'mis jugadores no van a jugar contra una nena'. Yo tenía 6 años, no entendía nada. Pero hoy me pongo a pensar y son traumas que te quedan, ¿por qué tan difícil?
"Me pongo muy contenta al ver que hoy es muy distinto, por las nenas chiquitas. Yo andaba todo el tiempo con camiseta, botines y me hacían comentarios de Marimacho, 'la vestís como un hombre' le decían a mi mamá. Mis papás me apoyaron, pero algunas ni llegaron porque no las dejaron. Tal vez iba a ser super buena jugadora. Otras que dicen recién a los 15 me escapé de mi casa y pude jugar. Gracias a que mis papás lucharon un montón por mí cuando yo no pude hacerlo es que hoy estoy donde estoy. Era una nena que le gustaba jugar al fútbol, podía ser buena o no".
"En esta liga de Vicente López (la que cambió el reglamento para que yo no juegue) hace unos años la intendenta me invitó a la presentación del torneo y querían que esté presente, por ser la primera mujer que jugó. Y a mí me daba gracia, porque solo pude estar un año porque me echaron. Sé que ella no estaba en ese momento, pero cuando tuve la oportunidad se lo dije, 'A mí me mataron, lo que hicieron conmigo fue muy cruel, pero me pone contenta que hoy en día haya cambiado y dejen jugar a las nenas'. Fui al evento y todo bien, lo hice por las nenas que estaban y por reconocer el avance.
Boca Juniors, cuna de sus mejores momentos y sus peores tristezas
"Le cumplí el mayor sueño a mi papá jugando en La Bombonera. Fue hermoso. Cuando me tocó irme, sabiendo que voy a volver, y las muestras de afecto que recibí me sorprendieron mucho. Hablaba con mis compañeras, cuerpo técnico, dirigentes que vivieron mucho el recorrido conmigo y se sorprendían, decían que me lo merecía pero uno no es consciente cuando está ahi. Cuando me tocó despedirme fue muy grande la muestra de afecto, dije 'wow, todo lo que conseguí y logré'. Más allá de títulos, llevarme y dejar eso en el hincha, es increíble. Fueron los mejores años, fueron casi 10 años y cuando arranqué era chica, viví un montón de cosas, momentos buenos, momentos no tan buenos en lo personal y en el equipo, lesiones. Es mi casa. Me siento muy rara ahora que dejé de ir todos los días, siento que me falta algo. Pero tengo la tranquilidad que voy a volver y me van a recibir muy bien, porque me lo han manifestado. Cuando uno se va, te recuerden así y las puertas queden abiertas".
Dos años afuera de las canchas: las lesiones, el sufrimiento y el aprendizaje
"Mi lesión fue en junio de 2017, hace seis años, en un partido en la UAI, en uno de mis mejores momentos porque me sentía muy bien. Es una lesión que no te avisa y esa primera fue más fácil porque fueron 7-8 meses porque en febrero volví a jugar, la llevé bastante bien. Obvio que era difícil pero estaba motivada. Vuelvo, juego un partido contra River y a la semana entrenando me vuelvo a romper. Ahí sí, me mató".
"El momento en que me lesioné por segunda vez también influyó mucho. Cambia mucho la cabeza porque recién al año siguiente iba a poder volver. Sentí que no iba a poder volver a jugar, no podía ser que me pasara dos veces seguidas, no lo podía creer. Era muy difícil de asimilar. En la primera la pasé mejor a diferencia de la segunda, pero no es que la pasé bien pero hoy puedo decir que fue distinto. Otra vez más tiempo, sin saber cómo voy a volver, porque había vuelto confiada como si nada y me pasó eso. La rodilla es muy difícil".
"Me planteé muchas cosas, pero el click de no jugar más me duró muy poco. No voy a dejar después de tantos años, qué voy a hacer sino. Fue un año muy difícil. Si hoy me pongo a pensar, no sé cómo hice. Me lo decían mis compañeras que me veían en el día a día. Es muy lenta la recuperación. Tal vez al tercer mes pude hacer bici, al quinto mes pude trotar...venís de hacer todo a no poder hacer nada. Eso te desespera. Tenés muchos altibajos. Me levantaba positiva, sintiendo que me faltaba cada vez menos, sintiéndome bien. Y al otro día me levantaba sintiendo que no volvía más, que todo era una mierda, sin mirar lo bueno. Lloraba todos los días, los kinesiólogos eran más psicólogos que otra cosa. Mis compañeras me preguntaban todos los días como estaba y es un año, me encantaba que se preocupen, pero les tuve que pedir que no pregunten más.
"Me sorprendí de mi misma por cómo pude sobrellevarlo, porque fueron muy seguidas. Cuando vuelvo después de las dos lesiones, la rodilla me dolía, tenemos un parate como de dos meses (previo a la profesionalización, los contratos, etc). Cuando arranqué me agarró una tendinitis en el rotuliano y creo que eso fue más duro que todo lo otro, que no sabés cuál es el tiempo de recuperación. Me hicieron mil tratamientos en el club, iba doble turno para estar con el kinesiólogo, comía en el club, entrenaba a la tarde. Estuve seis meses así. Por suerte ya no me molestó más la rodilla, pero fueron dos años y medio casi sin jugar, demasiado duro. Para volver a mi nivel también fue todo un proceso. Recién a fines de 2021, principio de 2022 sentí que volví a ser yo".
"La lesión es una montaña rusa, hay momentos que creés que no vas a poder y momentos en que sí, fue fundamental el apoyo del club, de los psicólogos, del grupo. Me ayudó mucho porque cuando apoyás la cabeza en la almohada es tu cabeza contra vos y hay que ser resistir. Ahi te das cuenta la fortaleza que una tiene".
La Selección, la cuenta pendiente y el sueño latente
"Siempre me pongo a pensar en si no me hubiera lesionado si hubiera podido estar en el otro Mundial o en el otro proceso. Al menos estar en condiciones de lucharla o de que me puedan tener en cuenta porque todo ese proceso me agarró con la segunda rotura de cruzados. Eso me dejó fuera del radar, entre una cosa y otra, y hasta que volví a mi nivel me llevó bastante tiempo. Pero ahora estoy en un momento bueno, hace unos años que me siento de otra manera, volví a mi nivel y hoy tener esta oportunidad es un poco el premio a haberla luchado tanto y no bajar los brazos. Este lugar en la Selección es un premio para mí".
"Este Mundial me encuentra en un gran momento, uno de los mejores de mi carrera. Me siento más madura, los otros procesos fueron con 18 o 19 años. Hoy me siento bien, esta convocatoria me encuentra preparada y me sorprende, porque en todo el proceso no había sido convocada. Tal vez a algún micro-ciclo, pero no en fechas FIFA. Es una sorpresa buenísima, de las mejores. Todos los días me levanto pensando en el Mundial. En mi cabeza desde que me avisaron que me iban a citar, mi cabeza se enfocó en esta oportunidad que no esperaba y que la tomo como algo que me obliga a dejar todo, a aprovechar para mostrarme y demostrar que estoy al nivel que quiero estar. Siempre digo que desde que Argentina se clasificó al Mundial es mi objetivo y mi gran ilusión estar. Estoy dejando todo, súper enfocada y ojalá mi sueño se pueda cumplir".
Las exigencias del exitismo y el pedido de coherencia
"Desde que llegué, que éramos pocas y de a poco se fueron sumando, veo un clima re lindo, el grupo súper bien y con el objetivo súper claro, tanto las jugadoras como el cuerpo técnico. Sabemos que se puede avanzar de fase, no es imposible, nos estamos preparando y las que estuvieron en el proceso anterior notan la diferencia en la preparación. El grupo está enfocado y sabiendo que es posible. Entre nosotras lo charlamos el hecho de que la vorágine del masculino hace que muchos argentinos se sumen y eso está buenísimo, pero siempre hay comentarios sobre nuestras declaraciones o las de Germán (Portanova) sobre que queremos ganar nuestro primer partido. Creo que no hace falta aclarar que todas queremos ser campeonas del mundo, es obvio, pero hay que ser realistas y conscientes del proceso que llevamos y que no es lo mismo que el masculino. ¡Ojalá! Sería hermoso que en unos años se pueda decir que nuestro objetivo es ser campeonas del mundo, no haya que mirar si el grupo es fácil y que sean los otros los que tengan que preocuparse por Argentina. Que la gente nos acompañe está buenísimo, a nosotras nos sirve un montón que la gente nos apoye y nos acompañe, pero con los pies sobre la tierra porque venimos con un montón de cosas detrás que no saben desde hace años y que hoy el objetivo es otro. Todavía faltan muchos años de trabajo para estar a la altura de las potencias".
La apuesta para ganar el primer partido y soñar con la clasificación a octavos
"Coincido con Eliana Stábile: si damos el golpe contra Italia los otros dos rivales nos van a mirar de otra forma. Si nos golean, Sudáfrica va a sentir que somos más débiles. Buscamos hacer la hazaña desde el primer partido, venimos hace meses analizándolo, concentradas en eso y sabiendo que se puede porque Italia es una buena selección pero no es Suecia, que es una potencia y es más fuerte. En los papeles Sudáfrica puede ser el más débil, pero ningún rival lo vemos accesible o imposible".
La radiografía del plantel: Lore Benítez, su preferida para este Mundial
"Estefi se sabe la magnitud de jugadora que es. Lo mismo que Flor Bonsegundo, que compartí con ella desde el Sub 17, no se lleva todos los flashes, pero hace un trabajo terrible, más silencioso. Sophie Braun en el día a día demuestra que tiene otro tipo de recorrido porque siendo de Estados Unidos tiene otra técnica, va a ser muy importante para Argentina. La mejor para mí es Lore (Benítez), ya jugó un mundial y este la encuentra más madura, con más experiencia, con juego en el exterior, con una lesión en el medio que te hace entender otras cosas. Creo que la va a romper, no va a ser una sorpresa. Pero para los que recién se sumen les digo que las va a sorprender mucho".