Luis Díaz fue uno de los más aplaudidos en el regreso de Selección Colombia a Barranquilla. Se entendió bien con Jorge Carrascal en la victoria 1-0 a Venezuela por la Eliminatoria.
Es el dueño del Metropolitano. Se lo ganó desde sus tiempos de Junior. Alegra, hace la diferencia y potencia a la tricolor. El cariño es total entre un público a veces apático que coreó "Oe, oe, oe, oe, Lucho, Lucho..."
Un mimo a su desempeño de menos a más en este arranque de la ronda de clasificación. El primer tiempo fue difícil sin apoyo de los volantes y algunas malas entregas de Déiver Machado por su banda. Jhon Arias buscó fútbol por su sector sin éxito. Perdió varios mano a mano y sus diagonales terminaron incompletas por los despejes precisos de los venezolanos.
El ingreso de Carrascal lo empoderó en ataque. Pudo ir a los espacios, hizo daño con su velocidad y apareció más en el área. Con el cartagenero hubo clic inmediato. Se entienden. Ganó nueve duelos, subió a la mitad en regates favorables y tuvo su opción más clara, de las tres que tuvo, en un remate de pierna derecha cerca del segundo palo.
Jugó 87' hasta el ingreso de Luis Sinisterra. Hubo aplausos.
"Les agradezco siempre por el apoyo que me brindan desde el momento que llego a Barranquilla, me siento como en casa cuando vengo y trato de dar lo mejor de mí, trato de darles victorias, es lo que más quiero. Les quedo debiendo un gol para el próximo partido", dijo al Gol Caracol.
Colombia ganó, sigue invicta y con las ganas de Luis intactas. Se alista para ir a Chile con buenas noticias.