Cabo Verde será uno de los debutantes en el Mundial 2026. Como ocurre con otros equipos, su historia es mucho más breve que la de los Mundiales, que está por cumplir un siglo. El país tuvo que esperar hasta 1975 para obtener su independencia de Portugal, y su seleccionado jugó su primer partido tres años más tarde. Recién en 2003, cuando ya se habían disputado 17 Copas del Mundo, empezó a disputar las Eliminatorias.
Cabe una aclaración: se podría decir que Cabo Verde en cierta forma participó en el Mundial de 1966. Su territorio era parte de Portugal, que fue la gran sensación de ese certamen, al acceder nada menos que a semifinales. Pero lo concreto es que, más allá de que la gran estrella de ese equipo fue Eusebio, goleador del torneo y nacido en África (Mozambique), no hubo jugadores caboverdianos en ese plantel portugués.
Su fútbol empezó a crecer cuando entró en contacto con otras culturas. El primer vínculo con Cabo Verde con Sudamérica se dio a través de un nombre en particular: Adriano Custodio Mendes, nacido en Praia, capital del archipiélago, fue el primer africano en jugar en Argentina, a donde llegó en 1974, cuando tenía apenas 12 años. Debutó en 1981 en el gran Estudiantes de La Plata de esos tiempos, que dirigía Carlos Bilardo. Después su trayectoria lo llevó por diversos clubes argentinos además de por Uruguay, Bolivia, Venezuela, Paraguay, Chile, Venezuela y Honduras.
La historia del fútbol en Cabo Verde de alguna manera se cuenta a través de la vivencia personal de Bubista, su actual entrenador, de 55 años. Como jugador, llegó a representar al seleccionado en la primera década del siglo cuando, como evocó, ni siquiera contaban con la indumentaria adecuada para el equipo.
En 2010 apareció uno de los primeros indicios de que podía soñar con un destino mejor, cuando igualó 0-0, en un partido cargado de significado histórico, con Portugal. El empate sin goles ante un equipo que contaba como titulares a Cristiano Ronaldo y a Nani entre otros fue uno de los grandes hitos de la historia del seleccionado.
En los últimos años, la ecuación deportiva para Cabo Verde cambió drásticamente cuando se tomó la decisión de ir a buscar al exterior a los futbolistas descendientes de personas nacidas en el país, con una lógica implacable: mientras que en el archipiélago la población es de cerca de medio millón de habitantes, la cantidad de caboverdianos en la diáspora prácticamente triplica ese número.
De la mano de Bubista, que asumió como DT del seleccionado en 2020 por los buenos resultados que había conseguido en el fútbol local, consiguió un crecimiento difícil de imaginar hasta aquel entonces. Cabo Verde pudo participar de las Copas Africanas de Naciones de 2021 y de 2023, y en la última, después de ser primera en el grupo que compartía con Egipto, Ghana y Mozambique, superó a Mauritana en octavos y llegó hasta cuartos de final, donde 2-1 cayó por penales frente a Sudáfrica. Así igualó su mejor actuación histórica en el torneo, que se había producido en 2013.
Al margen de alegrías puntuales, está claro que el momento de mayor gloria del fútbol de Cabo Verde es el actual, con la muy festejada clasificación al Mundial. Consiguió su pasaje al quedarse con el primer puesto en un grupo en el que compitió contra Camerún, un rival con mayores antecedentes y pergaminos. En 2026 tendrá la posibilidad de confirmar en una Copa del Mundo, ante los mejores equipos del planeta, su paulatino crecimiento.