En 1957, la Selección Argentina ganó de forma brillante la Copa América de Lima. La histórica delantera formada por Corbatta, Maschio, Angelillo, Sívori y Cruz quedó en el recuerdo como "los Carasucias", por la desfachatez de sus integrantes. Triunfos 8-2 sobre Colombia, 3-0 ante Ecuador, 4-0 contra Uruguay, frente a 6-2 a Chile y 3-0 ante Brasil sirven para explicar qué tan bueno era ese equipo. Por eso, lo ocurrido un año antes fue tan sorprendente.
Es cierto que muchos de los que fueron campeones en Lima luego no fueron a Suecia. Tal es el caso de Maschio, Angelillo y Sívori, quienes después de su extraordinaria actuación en el torneo sudamericano emigraron a Italia. Nunca quedó muy claro por qué no los convocaron para la Copa del Mundo de Suecia 1958, pero muchos años después Maschio afirmó: "No fuimos a Suecia porque nunca nos llamaron. Y tampoco supimos jamás el por qué. Creo que podríamos haberle aportado más ritmo, más roce con equipos europeos, más experiencia. Pero nunca sabremos lo que pudo haber pasado."
La derrota 1-6 frente a Checoslovaquia fue mucho más que un simple revés deportivo. Marcó el final de una etapa en el fútbol argentino y puso en duda todos los preceptos que existían desde principios de siglo. La Albiceleste volvía a un Mundial después de 24 años con la pretensión de ser campeón, pero se fue avergonzada y en primera vuelta.
A los dos minutos del debut frente a Alemania Federal, Argentina ya ganaba 1-0 gracias a un gol de Orestes Omar Corbatta. Ese inicio afirmaba esa idea bien argentina de "somos los mejores". Sin embargo, con el correr de los minutos Alemania impuso sus condiciones y ganó 3-1. La caída no fue tan grave y menos aún después del triunfo 3-1 ante Irlanda del Norte en el segundo encuentro. El problema fue el último partido del grupo.
Menos de dos años antes, Argentina y Checoslovaquia se habían enfrentado en Buenos Aires. El equipo local ganó 1-0 sin demasiados problemas. Entonces, el seleccionado conducido por Guillermo Stábile veía el encuentro en el estadio Olimpia de Helsingborg como un simple trámite para definir la clasificación a la segunda fase. Grueso error.
A los ocho minutos Milan Dvořák puso al frente a los checoslovacos, que se fueron al descanso 3-0 arriba. El descuento de Corbatta a los 20 de la segunda parte no sirvió, porque luego cayeront tres goles más en el arco defendido por Amadeo Carrizo.
La inesperada derrota 1-6 de la Selección Argentina frente a Checoslovaquia en la Copa del Mundo de Suecia dejó muchos puntos que deben ser revisados y analizado no sólo por quienes conducen al equipo nacional, sino por todo el fútbol de este país. La increíble goleada sufrida por los campeones de América ha dejado sin palabras al mundo entero y la rápida despedida del Mundial generó gran controversia en Buenos Aires.
La delegación regresó avergonzada y fue recibida por una lluvia de monedazos en Ezeiza. Stábile renunció después de casi veinte años como seleccionador y Angel Labruna se retiró del equipo nacional tras ese ignominioso resultado y con estas palabras: "Fuimos con los ojos vendados, a ciegas. No estábamos preparados ni física ni tácticamente para afrontar tres partidos en una semana".
Esa fue una de las principales razones de la debacle. En aquellos tiempos, los futbolistas y los entrenadores argentinos aún pensaban que con el talento individual que sabían que tenían alcanzaba para sacar diferencias incluso frente a rivales europeos. La preparación física era mirada de costado y su importancia era mínima. Después del 1-6 eso cambió de forma radical.
Tras la eliminación Carrizo declaró: "Cuando llegamos al país el avión tuvo que aterrizar en una chacra de Monte Grande para que no nos mataran. Algunos periodistas argentinos que estaban en Suecia le habían pedido a la gente que nos fueran a buscar a la estación aérea con palos y piedras, había mucha bronca, nos querían matar, decían que éramos vendepatria. Nadie nos iba a creer que la Argentina carecía de organización y que ninguno de nosotros cobró un solo peso para jugar ese Mundial".
La revista El Gráfico, uno de los medios más influyentes del país publicó: "La lección es muy dura y tiene que ser aprovechada... debe ser aprovechada, porque de otra manera caeremos aun más. Llegará el momento en que no se podrá concurrir a un Mundial. Día que se pase sin rever nuestro sistema es día que avanzará marcha atrás. Si nuestro profesionalismo no está en condiciones de sufrir golpes como este, golpes que voltean".