David Ospina terminó como la figura de la Selección Colombia en el empate 0-0 frente a Brasil por las Eliminatorias Sudamericanas.
Los nervios terminan en sus manos. Ahí está la calma que construye puntos y baja la ebullición en el área. El portero colombiano volvió a ser el mejor. Respondió con su categoría cada vez que los brasileños remataron a su arco.
Neymar lo probó de entrada y allá fue. Lucas Paquetá también quiso abrir el marcador, pero lo impidió con sus reflejos. La actitud más ofensiva del equipo le dio un respiro en el segundo tiempo.
Volvió a trabajar con los ingresos de Raphinha y Antony para los 15 minutos finales. Voló al segundo palo para enviar al tiro de esquina el remate se cerraba y de inmediato conjuró uno a quemarropa del juvenil de Ajax.
En tiempo de adición le pidió a Yerry Mina enfriar el partido pues el central apuró una salida que tentó a los brasileños para atacar.
El técnico Tite se acercó para felicitarlo tras el 0-0. Intercambió algunas palabras en reconocimiento a su desempeño frente a los suyos. Merecido, porque dejó en nueve la serie de victorias en línea de los líderes en este Eliminatoria.
Su nivel en Napoli puntero del calcio lo expresa en la Selección. Por segundo partido consecutivo sacó su arco en cero. Con David, no entra nada.