Fin del sueño. Sudáfrica 2010 quedaba atrás. Al otro día de la derrota con Holanda, que dejó a Uruguay en el cuarto puesto del Mundial, el Maestro Tabárez tomaba un café en la concentración con sus colaboradores. En eso llegó al comedor Sebastián Bauzá. Se sirvió un café y se sentó en la misma mesa.
Y si bien su mandato como presidente de la AUF había terminado lo carcomía una inquietud: la continuidad de Tabárez al frente de la selección uruguaya.
“Maestro, si yo sigo tenemos que sentarnos a renovar el contrato”, le disparó Bauzá en un momento de la charla. La respuesta del técnico fue tajante: “Gracias, regresemos y después hablamos”.
Luego de la caravana de recibimiento el plantel increíble que terminó en la explanada del Palacio Legislativo donde se inmortalizó la frase de Tabárez: “El camino es la recompensa, ¡Uruguay nomá!”, pasaron los días y el presidente de la AUF citó al técnico a su casa.
Tabárez llegó con una carpeta. “Esto es lo que quiero llevar adelante”, le dijo a Bauzá.
“Yo quería saber cuánto quería ganar. Pero como condición vital para continuar pedía partidos internacionales importantes, que se jugara en todas las fechas FIFA y que los rivales a enfrentar estuvieran dentro de los 10 primeros del ranking FIFA. Recuerdo que tuvimos más reuniones porque pidió psicólogos para las selecciones juveniles. Que cada Selección tuviera su cuerpo técnico, entrenador de goleros y médico”, rememoró Bauzá en el libro Maestro, el legado de Tabárez.
LA OFERTA DEL PRÍNCIPE
Hasta que llegó el momento esperado por Bauzá. El entrenador le trasladó al presidente el dinero que pretendía percibir para extender su contrato por cuatro años con la selección.
Finalmente se llegó al acuerdo y la AUF logró retener al Maestro. Pero, mire como son las cosas, al poco tiempo apareció un acción un jeque dispuesto a comprar el contrato de Tabárez. ¡Sí, comprarlo! Cuando se enteró, Bauzá quedó helado.
“En mayo de 2011 fuimos a jugar a Alemania un amistoso. Un periodista de origen indio se acercó para hablar y me dijo que había una persona que tenía una propuesta para mí. Le dije que no, pero me pidió que aceptara al menos que me lo presentara. Cuando nos volvíamos a Montevideo, se apersonó en el hotel una persona que me dijo que era un enviado de un Príncipe, creo que de Arabia, e insistía con que quería que aceptara. Yo le decía que no, que era imposible. Y me decía que no iba a recibir una oferta igual, que podían comprar mi contrato en la AUF, y ahí le dije que por favor no hablara con la AUF porque no quería tener inconvenientes. El tema quedó ahí. Aunque enseguida le dije a Belza (gerente deportivo) que le comunicara a Bauzá de esa situación”, expresó Tabárez en el libro.
El entrenador de la celeste no quería saber de nada. Ni siquiera del dinero que estaban dispuestos a ofrecerle.
“Después un empresario fue el que me hizo saber del dinero que se trataba. ‘Pero se da cuenta de lo que es’, me decía el enviado, y yo le respondía: ‘No me siga hablando que me la complica’, porque si no se puede no se puede y es lo mismo que me ofrezcan US$ 100 mil o US$ 30 millones”, sentenció el DT de Uruguay.
RECHAZÓ 35 MILLONES DE DÓLARES
Aquella propuesta de mayo no fue la única. Hubo otro intento por llevarse al conductor de la Celeste. En plena Copa América de 2011, Mario Rebollo, otro de sus colaboradores en el cuerpo técnico, recibió un llamado.
Cuando se encontró con el maestro le comentó de la llamada. La respuesta del DT de Uruguay fue: “Estamos en medio de la Copa América yo no hablo de estas cosas”.
Celso Otero corroboró que: “Ahí se trasmite que era una posibilidad para Oriente y se hablaba de cifras por 35 millones de dólares. Y la respuesta fue la misma. En ese ínterin tuve un desencuentro con un periodista que decía que terminaba la Copa América y nosotros nos íbamos, cuando habíamos rechazado una oferta de esa magnitud. Nosotros no ganamos ni por asomo esa cifra pero tenemos muchas cosas que no son cuantificadas por dinero y que las estamos disfrutando”.
¿Qué son esas cosas? Las reveló el Maestro con un ejemplo: “Yo le digo a los jugadores de la Selección: ‘ustedes en los clubes pueden hacer buenos contratos, ganar prestigio, pero hay algunas cosas que solo pueden obtener jugando por Uruguay’. Y en mi caso es lo mismo. No soy un extraterrestre ni nada por el estilo. Lo que hice no me pareció un acto de heroísmo”.
Vaya paradoja del destino. Tabárez pasó del interés de un jeque, dispuesto a invertir 35 millones de dólares para comprarle su contrato a la AUF, a ser despedido a seis fechas del final de las Eliminatorias.