“Se trataba de ganar”. Con el semblante tranquilo y sin mostrar signos de impaciencia saludó Vicente del Bosque el despertar español en el Mundial. Derrotada por Suiza en el estreno, La Roja se jugaba casi el ser o no ser en la segunda jornada y los viejos fantasmas aparecieron por doquier alrededor de la selección. Alrededor, porque en el interior del vestuario se impuso la confianza, la fe y el convencimiento.
España mantuvo la personalidad y Honduras, que derrotada en el debut por Chile también se jugaba su ser o no ser, pagó la osadía de querer tutearla en el césped. “La idea era quitarles la pelota” reconoció Reinaldo Rueda, seleccionador de la H y consciente, al acabar el partido, de la justicia del 2-0 con que su equipo fue derrotado.
Cinco días después de aquel nefasto inicio, España recuperó el pulso, las buenas sensaciones y la tranquilidad, entendiendo que ya se había dado el primer paso para hacer algo grande en Sudáfrica. Fue su primera toma de contacto con Johannesburgo y el primer día que se vio sonreír abiertamente a los jugadores en el césped, lamentando, sí, las muchas ocasiones falladas pero satisfechos de haberse ganado con mayúsculas el respeto que algunos les habían puesto en duda. La campeona de Europa estaba de vuelta.
Del Bosque solventó retocar la alineación con mimo. Dio entrada en el once a Navas y Torres en lugar de Iniesta y Silva, estiró el equipo y reencontró la mejor versión de David Villa, obcecado ante Suiza y magnífico ante Honduras, a la que marcó dos goles en los momentos determinados, y determinantes, del partido: apenas superado el cuarto de hora para evitar nervios y al poco de comenzar la segunda mitad.
España pudo golear, tuvo ocasiones de sobras, pero se bastó con esos dos goles para dar el primer paso adelante. “Unas veces llegas mucho y no marcas y otras llegas una vez y haces gol. Ya sabemos lo que es el fútbol”, explicó Del Bosque, incómodo ante cualquier atisbo de crítica en un momento en que su equipo había dado el paso adelante necesario.
Para entonces Francia, derrotada por México, ya estaba contra las cuerdas y a un día de que Sudáfrica le diera la puntilla. Argentina, dirigida por Maradona y a lomos de Messi, soñaba tras dos victorias. Alemania dudaba tras ser derrotada por Serbia. Holanda y Brasil cabalgaban, a la vez que Portugal goleaba y la campeona Italia se acercaba al precipicio tras sumar dos empates.
“Esto es una carrera de fondo. Hay que ir tomando el pulso, conscientes de no poder fallar pero con calma” alertó Xabi Alonso al terminar el choque… Sabía, como todo el vestuario, que aquel 21 de junio empezaba un nuevo Mundial para España.
LA FICHA DEL PARTIDO
España: Casillas, Sergio Ramos (Arbeloa 77’), Puyol, Piqué, Capdevila, Busquets, Xabi Alonso, Xavi (Cesc 66’), Jesús Navas, Fernando Torres (Mata 70’) y Villa.
Honduras: Valladares, Chávez, Figueroa, Izaguirre, Mendoza, Turcios (Núnez 63’), Wilson Palacios, Guevara, Espoinoza (Welcome 45’), Walter Martínez y Suazo Jerry (Palacios 84’).
Árbitro: Yuichi Nishimura (Japón). Amonestó a Turcios e Izaguirre.
Goles: 1-0, minuto 17 Villa. 2-0, minuto 51 Villa.
Campo: Ellis Park, 54.386 espectadores.