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Piero Hincapié, con ESPN.com, antes de enfrentar al Emelec de su familia: "Mi papá bromea y me pide que los dejemos ganar"

Piero Hincapié, defensor de Talleres de Córdoba, habló en exclusiva con ESPN.com en antes de viajar a Ecuador para jugar por Copa Sudamericana. El joven futbolista ecuatoriano contó qué significa regresar al país para medirse a Emelec y dio detalles de su evolución y su adaptación al fútbol argentino.

Con apenas 19 años, Piero Hincapié es una de las jóvenes figuras del fútbol ecuatoriano. Llegó a Talleres de Córdoba como una promesa, en agosto de 2020, y termina la temporada como una pilar de su defensa. Pese a su juventud, su talento y su sacrificio le permitieron consolidarse, en apenas unos meses, como titular en el equipo cordobés. Su proyección y sus buenos rendimientos lo pusieron, además, en el radar de Gustavo Alfaro para la convocatoria de la Selección de cara a las Eliminatorias y la Copa América.

El final de esta primera campaña en el fútbol argentino no es, seguramente, el deseado: quedaron eliminados en 4tos de final del torneo local y no lograron superar la fase de grupos de la Copa Sudamericana. Sin embargo, el último partido de la temporada, en Ecuador ante Emelec, será un premio para Piero que podrá regresar al país y reencontrarse con su familia.

-¿Qué significa volver a tu país con Talleres de Córdoba?
-Lamentablemente, vamos a Ecuador ya sin ninguna esperanza en la Sudamericana
. Vamos a jugar por el equipo, a entregar todo, como siempre, y a despedirnos bien de la Copa. Aunque Guayaquil no es mi ciudad va a ir mi mamá y toda mi familia así que me voy a sentir bien. Me voy a sentir feliz porque ya llevo mucho tiempo que no los veo.

-¿Que el rival sea Emelec te cambia en algo?
-Es el equipo que me tocó en el grupo, me gustaría jugar con otro pero por ahora es ese.

-¿Y para tu familia, te pidieron algo para el partido?
-Todavía no. Mi papá es el que me molesta. Bromea y me dice: ‘Ya no tienes nada, déjalos ganar’ (risas). Con el partido en Córdoba estaba caliente por el resultado pero terminó celebrando el triunfo. Lo regañé ese día. Al final, su equipo es Emelec pero su hijo está jugando en otro. El amor por un hijo es mucho más que un equipo.

-¿Cómo se dio tu llegada a Talleres de Córdoba?
-Vino inesperadamente, la verdad. Un día estaba durmiendo y me llegó la llamada de Andrés Fassi (presidente del club argentino). Me dijo que estaba interesado en mí, que me venía siguiendo hace varios meses. Hablé con mi empresario porque había una propuesta del Grupo City, también. Lo hablé con mi familia y vine a Córdoba. Creo que la decisión está dando buenos frutos, gracias a Dios.

-¿Cómo te describes como jugador?
-Me considero un jugador que le gusta salir jugando siempre, que no da ninguna bola por perdida. Un jugador que siempre quiere ganar y tener la frente alta. No me gusta perder y cuando pierdo me siento mal. No puedo dormir en la noche si me equivoqué en un pase. Mis compañeros me dicen que no me enoje por un pase malo, porque siempre va a haber. Los futbolistas estamos expuestos al error.

-¿Qué sientes que has mejorado en el fútbol argentino?
-La toma de decisiones, tengo que ser más rápido. El fútbol en Argentina es muy intenso y no te da tiempo a pensar. Acá hay buenos delanteros, eso te ayuda a mejorar en el día a día con jugadores que tienen mucha más experiencia. Vas viendo sus movimientos y vas aprendiendo. También, creo que aprendí mucho a cabecear. A mí no me gustaba ir arriba con todo. Ahora he mejorado mucho eso y me está gustando.

-¿Desarrollaste tu físico, también?
-Si, hay mucho trabajo de gimnasio. Acá todos los delanteros tienen una buena contextura. Eso me faltaba y he venido mejorando mucho. Lo he mejorado a full y voy a seguir para ganar más masa muscular. Llegué con 73 kilos y ahora peso 76 kilos. Eso te ayuda para ir al choque o para disputar una pelota con otro delantero de la misma o más potencia. He aprendido muchas cosas en este poco tiempo.

-Ya llevas casi un año en Argentina, ¿te sientes adaptado?
-Los primeros meses fueron complicados. Vine solo, mi familia no pudo por la pandemia. Al principio la pase un poco mal pero no tanto porque el grupo y el cuerpo técnico me recibieron de la mejor manera. Me ayudó llegar con un compañero, Matías Córdoba. Como él era nuevo también era una compañía, por lo menos. Poco a poco se fue dando la adaptación con los entrenamientos. El grupo te ayuda mucho, te va llevando y vas sumando puntos para el día que te toque jugar, como me tocó. Creo que lo aproveché al máximo.

-¿Y a lo cordobés, te hicieron probar el fernet y escuchar cuarteto?
-(Risas) El fernet no me gusta, no, no. El cuarteto por ahí lo escucho pero no soy apasionado.