La Selección Mexicana dominó la estrategia en el primer tiempo, pero los descuido en la pelota parada condenaron al equipo de Gerardo Martino para caer en la final de la Nations League de Concacaf
En el primer tiempo, México jugó con un 4-3-3. ¿Qué les quiero decir? Edson Álvarez jugó como volante defensivo por el centro, por la izquierda estuvo Charly Rodríguez y por la derecha Héctor Herrera; más a la derecha Antuna y por la izquierda 'Tecatito' Corona. Estamos hablando de cinco volantes y con Chucky Lozano son seis volantes; es decir, seis jugadores que saben volantear.
Nada más por mayoría, México tocó la pelota y no se la prestó a los Estados Unidos, esto, porque tuvieron mayor número de hombres como volantes; simplemente los volantes de Estados Unidos son dos -a veces- contra cinco jugadores, a eso jugó el equipo rival: tres defensas, Brooks muy seguro, Mackenzie acabó por regalar un gol y Tim Ream de defensa por izquierda, solo tuvieron que marcar a un jugador, el Chucky Lozano, quien se movió por todo el frente y no lo pudieron agarrar.
Con esto les quiero decir que el equipo de Estados Unidos jugó con cinco defensas, dos volantes, tres delanteros, bien ofensivos, de una gran calidad que en cualquier momento nos pueden hacer daño.
Para el segundo tiempo, México jugó con una línea de cuatro, con cinco volantes y el Chucky Lozano que volantea. Eso quiere decir que el Tricolor tuvo la pelota mucho tiempo, pero no tuvo profundidad. Si llegaron por fuera no tienen quién remate. Los delanteros que van y se cruzan en el área son Charly Rodriguez, Héctor Herrera y 'Tecatito' Corona; así como lo oyen, México sí llega con muchos volantes, pero no tiene 'punch'. Ese 4-3-3 es el que maneja el Tata Martino, con ese 4-3-3 nunca te vas a ver mal, siempre vas a jugar en cualquier cancha del mundo, vas a tener la pelota, vas a combatir, pero sin profundidad.
México siguió una vez más con el centro delantero falso que es el Chucky Lozano. Siguió igual, con 4-3-3, con cinco volantes que llegaron a seis con el Chucky Lozano y simplemente Estados Unidos armó su línea de cuatro, agregó otros cuatro volantes, dos delanteros y empezó a controlar todo el segundo tiempo. Le llegó a México varias veces y en verdad fue superior en todo. Fallaron, cabecearon en dos corners, dos jugadas muy peligrosas que Ochoa con una gran atingencia lo hizo bastante bien, pero ya en el minuto 83, otro cabezazo más donde los mexicanos estaban en la luna, bueno, no marcaban ni en zona ni personal, en la luna, otra vez Mackennie hizo un hermoso cabezazo y venció a Guillermo Ochoa para el empate a dos goles.
El equipo norteamericano cambió de formación, controló el partido, fue más peligroso, tocó más la pelota, fueron más profundos, contragolpearon mejor y México simplemente fue superado todo el segundo tiempo, casi todo el segundo tiempo, pero pasó algo importante: el Tata Martino metió a un centro delantero, cargó ahora sí al Chucky Lozano por la izquierda y metió a otro volante creativo, cuando Diego Lainez entró por Antuna.
En 10 minutos Martino arriesgó el partido, lo arriesgó con tres delanteros, con tres jugadores claros arriba y México hizo un hermosísimo gol, el tanto de Diego Lainez. Después, fuimos empatados por el equipo norteamericano, otra vez, en un tiro de esquina, pero esos 10 minutos, México fue profundo, insistió, sólido, atacando nada más cuando el Tata Martino metió a tres delanteros en sus posiciones; Chucky Lozano por la izquierda, Henry Martin por el centro y Diego Lainez como un cuarto volante por el lado derecho. Con ese 4-3-3, México pudo controlar y ser mejor que Estados Unidos hasta el minuto 85.
Conclusiones: Martino jugó a ganar, pero no sabe ganar y le costó a México el título de la Concacaf Nations League.
Esto es desde la cancha... para ESPN.