Ricardo Caruso Lombardi habló de su posible salida como entrenador de Miramar Misiones en la Primera División del fútbol uruguayo. El técnico argentino señaló que tiene el respaldo de los dirigentes, pero que si recibe cinco partidos de sanción no seguirá al frente del equipo.
En 100% Deporte (Radio Sport 890), Caruso contó que este miércoles al mediodía tendrá una reunión con las autoridades de la Sociedad Anónima Deportiva para definir su futuro: “Me tratan muy bien y ellos están muy conformes con el trabajo que estamos haciendo, porque empezamos de cero en un montón de cosas. Pero no me siento bien”.
Y luego dijo sobre los árbitros del fútbol uruguayo: “A veces uno necesita que te traten normal y siento que no me tratan normal. Ante Nacional y River son partidos que si hubiéramos ganado hoy estaríamos súper tranquilos, y ganamos uno de seis cuando no correspondía”.
“Javier Feres (el juez del partido de este lunes entre Miramar Misiones y Liverpool) me dijo que se había equivocado en la expulsión de Guzmán Pereira; yo lo único que le dije fue que no fue foul y me sacó una segunda amarilla. Como que están muy celosos con el tema mío. No quiero estar mal, no vine para estar mal. Los dirigentes quieren que me quede porque están conformes, pero a mí no me gusta lastimar a un club”, subrayó.
A propósito del partido ante Liverpool, tras recibir su segunda tarjeta amarilla y ser expulsado, Caruso insultó al juez Feres (le dijo ‘Negro de mierda’). “Yo no soy de reaccionar así. Me dio bronca los dos goles, la expulsión de Guzmán y la mía, que estuvieron mal. Lo que le dije no fue un tema de racismo. Fue costumbre, como decir ‘tarado de mierda’. Si se agarran del racismo para castigarme con fechas o para hacer denuncias… Es una pavada eso. Se fijan en cosas puntuales…”
Y agregó sobre su insulto: “No es una cosa que yo tengo pensada. No estamos hablando de racismo donde vos apuntaste a un tipo que tiene tez morena para decirle algo. Nada que ver, uno se calienta y dice cosas. Me dio bronca cuando me echó y lo del insulto ni me di cuenta; un ayudante de un técnico de Uruguay me llamó después para comentarme y yo no lo podía creer; no son palabras mías. Cuando lo vi me dio vergüenza porque yo no soy así”.
Caruso, quien podría recibir entre uno y cinco partidos de sanción, dijo que actualmente su posición es irse de Miramar: “No puedo estar pendiente de que me quieran dar cuatro o cinco partidos; en el fútbol uruguayo no se permite ni ir al vestuario cuando estás suspendido. No voy a estar cinco partidos sin dirigir a mi equipo; me parece que es ilógico totalmente”.
“Me van a dar cinco partidos porque me quieren poner como ejemplo. Lo único que me molesta y me duele es que metan al racismo de por medio. Convivo con varios chicos que son de tez morena. Si me pasaste con el auto y casi te choco, te digo ‘boludo de mierda’. Se me saltó la cadena y le dije ‘Negro de mierda’, pero lo dije de bronca, por una manera de hablar”, expresó.
El argentino fue nombrado como entrenador de Miramar el pasado 4 de abril, y hasta el momento ha dirigido al Cebrita en seis encuentros (derrotas ante Nacional, Danubio, Boston River y Liverpool; triunfo ante Deportivo Maldonado y empate con River Plate). “Vine con mucha alegría a dirigir a Uruguay. Me moría por venir a dirigir. Pero no me gusta cómo me trataron. No la gente, sino el arbitraje que se puso mal conmigo cuando hablé después del partido con Nacional”.
“Mis problemas fueron con el VAR en dos partidos (Nacional y River) donde ataqué a dos árbitros que son prácticamente los números uno en Uruguay. Hubo árbitros y cuartos árbitros que ni me saludaron. Acá como que no te dan tregua y como que les caigo mal. A los jugadores, no les hablo nunca nada de los árbitros. Es un tema mío porque yo ya vengo perseguido de Argentina. Y hay amistad entre los que manejan el fútbol de Argentina y de Uruguay, y entre los árbitros internacionales hay amistad”, subrayó.
Y enfatizó: “¿Me hago la película? Pero en dos partidos donde tenía que haberme llevado seis puntos me llevé uno; me da bronca y empiezo a imaginar mal y no laburo normal. Yo me siento presionado y no le quiero hacer un mal al club”.
“Sé que como viene trabajando el equipo, yo lo saco a flote. Entiendo que me puedan criticar, pero me duele y me molesta que hablen de racismo. Lo tomaron a mal, ya pedí las disculpas del caso; no hice ningún delito. Me equivoqué. Tampoco me voy a suicidar por haber cometido este error; en ningún momento quise ofender a nadie, fue una expresión de calentura”, concluyó Caruso.
Miramar jugará este sábado al mediodía ante Wanderers por la penúltima fecha del Apertura, y el entrenador argentino contó que le dijo a los dirigentes que se comprometía a laburar este partido ‘más que nada para no dejarlos en banda’. “Sé que la voluntad de ellos está, el tema pasa por mí ahora”, sentenció.