La directiva de Defensor Sporting decidió no extender el vínculo con Ignacio Ithurralde, y el técnico se alejó del club denunciando una crisis que llegó al grande de no poder pagar un camión para retirar la basura de Pichincha, habló de su relación con los hinchas, y catalogó de “injusticia” la decisión.
En nota con el programa La mañana del fútbol de El Espectador, Ithurralde comenzó hablando de las sensaciones que le generó la noticia de su salida de los violetas.
“Uno la viene olfateando, va midiendo la temperatura, y si bien era algo que quizás lo esperaba, por la energía general entre la dirigencia y nosotros. Y sobre todo después del partido con Torque y los dos partidos con los grandes, donde considero que se nos puso en un lugar que dependía de esos partidos para ver si continuaba. El análisis no me convencía porque entendía que la campaña nuestra estaba por encima de esos dos últimos partidos con los grandes”.
Ithurralde dijo que el encargado de darle la noticia fue el presidente Diego Franzini.
“La reunión fue cortita, Diego me dijo que iba a ser sincero y directo y me dijo que era su decisión y que no éramos compatibles, cuando en realidad yo estuve en Defensor de los 12 a los 23 años y yo a Diego Franzini nunca lo conocí, nunca lo vi, y no nos llegamos a conocer tampoco. Él no sabe quién soy yo, y yo no sé quién es él, entonces eso de que no somos compatibles no lo entiendo. Le pregunté si era un tema político y me dijo que no”.
Sobre los argumentos que le brindó el presidente para su salida del club, el técnico dijo: “El argumento de Diego (Franzini) es que no le gustaba el funcionamiento del equipo y que él prefiere un equipo más vertical. Me parece que el equipo hizo lo mejor que pudo, estos pibes dieron la cara en un momento del club en el que nos podía haber pasado lo mismo que le pasó a River, Wanderers o Danubio. Yo dejé de lado muchas cosas de mi idea futbolística porque entendí que la urgencia era sumar puntos y ganar tiempo para trabajar. Eso me desafío como entrenador porque fue el equipo donde menos pude plasmar lo que me gusta del fútbol por un tema de ansiedad, juventud, y que se necesitaba ser más pragmático”.
La relación con los hinchas
Posteriormente, Ithurralde se refirió a la traumática relación que tuvo con los hinchas del club: “No pusieron arriba de la mesa la relación con los hinchas, pero ese tema de la relación con los hinchas, la verdad es que yo asumí y a los dos días jugamos con Wanderers en el Viera, empatamos, y ya ahí estaba recibiendo insultos. Quiero ser claro, iba a ser muy difícil que nosotros le pudiéramos brindar alegrías constantes a la gente”.
El DT agregó: “El vínculo con la gente no fue bueno desde el día uno y no lo entendí porque si hay alguien que tiene sentido de pertenencia con el club fui yo. Pero ta, al Chino (Álvaro Navarro) le pasó lo mismo y fue mucho más jugador que yo y lo mataron”.
Ithurralde agregó: “Que los dirigentes se dejan llevar por los hinchas es seguro. A Defensor le falta gestión, hay que ordenar un millón de cosas, pero la ola de nieve es tan grande y se ha postergado tanto que cuando querés acordar te va a pasar lo que le pasó a River y el tsunami lo veo venir”.
La crisis
Sobre la crisis económica del club a la que hizo referencia, el entrenador detalló: “Yo estaba esperando esta oportunidad de Defensor y asumí cosas de gestión que no tenía que hacer, pero cuando entré a Defensor, entré a mi casa, y me puse a trabajar en cosas que estaban mal porque el todo es importante. Nosotros no podíamos tener un desayuno tercerizado con una empresa y gastar 10 mil pesos por día y las volquetas de Pichincha estaban desbordadas de basura porque no le podía no pagar el del camión”, denunció.
Ithurralde agregó: “No había arena para las canchas, Después me enteré que a la mujer del catering le debían 500 mil pesos. Cada dos meses nos estaban cortando la información del servicio de los GPS porque no se paga. El club está sumergido en una crisis que es la más grande de la historia”.
“Siento dolor porque la de Defensor era mi posibilidad, y la asumí bajo cualquier circunstancia, las condiciones para asumir fueron cero, no puse ninguna condición y ahora estaba dispuesto a renovar sin poner ninguna condición porque sé el momento en el que está el club que ni siquiera podía concentrar”, expresó.
Luego de brindar todos estos argumentos, el técnico volvió a las sensaciones que le quedan de su salida: “Me genera desilusión y me parece una injusticia terrible. Y le dije al presidente que cuando me di cuenta que mi continuidad dependía de ganarle a un grande, con las diferencias que hay, mi pensamiento fue que Defensor no me merece. No merece que me esté embarrando hasta los codos. No me pareció justo, me duele, pero me voy en paz”.
Y concluyó diciendo: “Yo no estoy salvado ni mucho menos, tengo que laburar todos los meses, y sin embargo me embarre hasta los codos, entonces ahí es donde veo la injusticia, la falta de gratitud, la falta de empatía y no me puedo quedar con que el equipo tenía que funcionar mejor porque el equipo es el fiel reflejo de la institución, de la gestión, el equipo no es una isla. Los problemas que vienen ahora son peores que los que ya estaban”.
