MÉXICO -- Los Seattle Seahawks repitieron la fórmula.
Después de todo, la estrategia de rotar constantemente a sus linieros defensivos para generar presión, y la combinación de "read-option" junto al agresivo estilo de juego del corredor Marshawn Lynch, les llevo a la conquista de su único Trofeo Lombardi la campaña pasada.
El oponente fue diferente esta noche, pero el resultado fue el mismo.
Diezmados por lesiones a lo largo de su línea ofensiva, los Green Bay Packers fueron incapaces de limitar la presión generada por Cliff Avril, Michael Bennett y compañía en contra de Aaron Rodgers. Los Packers iniciaron el encuentro sin su centro titular J.C. Tretter, y en el transcurso del partido perdieron a su tackle izquierdo Bryan Bulaga. Derek Sherrod, sustituto de Bulaga, la hizo de rehilete durante buena parte de la noche, incluyendo una jugada en la que cedió una captura-balón suelto forzado en contra de Avril, que terminó en safety para los Seahawks. De hecho, las tres capturas sobre Rodgers llegaron sin necesidad de mandar cargas.
Pero Sherrod no fue el único que comenzó la campaña con el pie izquierdo para los Packers. El apoyador interior Brad Jones sufrió en coberturas de pase a lo largo de la velada, y como unidad, Green Bay demostró que todavía no descifra cómo frenar la "read-option", ni siquiera con la alineación "Ameba" de Don Capers, en la que no hay un jugador con la mano en el suelo con la finalidad de tratar de esconder quién presiona.
Perder ante el campeón reinante no debe ser motivo de vergüenza, pero ser apaleados de ese modo debe preocupar en Green Bay. La cara del entrenador en jefe Mike McCarthy en las laterales lo decía todo. Los Packers cometieron el doble de castigos que los Seahawks, y los campeones obtuvieron cuatro primeros intentos por medio de esos pañuelos amarillos. Seattle generó más de 200 yardas por tierra, incluyendo 13 primeros intentos terrestres, y nunca permitió que la ofensiva apresurada de Green Bay tomara control del reloj o del partido.
Además, Los Packers ni siquiera hicieron el intento de retar a Richard Sherman al lado derecho del campo, y restringir de ese modo las opciones ante una defensiva de élite, salir a trabajar con solamente dos terceras partes del campo disponibles, no ayuda. A eso habría que sumarle la conmoción que dejó fuera de acción a Eddie Lacy en la segunda mitad, achatando aún más al ataque de los visitantes.
Lo cierto es que sin el error del profundo Earl Thomas en un intento de devolución de patada de despeje que terminó en balón suelto recuperado por los Packers en la yarda 34 del campeón, y que fue convertido en touchdown de John Kuhn, el marcador sería más escandaloso todavía.
Para Seattle, era fundamental abrir la campaña con un mensaje fuerte. Lo consiguieron. El mensaje es que el campeón no se ha dormido en sus laureles, y que piensan defender su etiqueta de monarcas con la misma ferocidad con que la obtuvieron.
Russell Wilson tiene la manija firme de esta ofensiva, y la efectividad de Lynch entre los tackles eleva exponencialmente la efectividad de los pases con engaño de carrera, como sucedió esta noche con dos pases de anotación de Wilson. Esta ofensiva tiene espacio para crecer y la defensiva no necesita mayores presentaciones.
El campeón está hambriento por otro título. Cuidado con el que se le ponga enfrente.