Floyd Mayweather Jr. superó a Manny Pacquiao de forma incuestionable.
Evidenció una vez más que es el peleador técnico táctico más grandes que se haya producido en la historia del boxeo.
Pero su combate del sábado distó mucho de ser esa gran 'Pelea del Siglo' que sacudió los bolsillos de miles de fanáticos y que terminará generando la friolera de más de $400 millones en ventas de todos los ángulos.
Fue una pelea que aunque grande y esperada, se quedó incluso a medio camino del espectáculo que brindaron recientemente los junior welter Ruslan Provodnikov y Lucas Matthysse en Verona, y que sigue siendo hasta el momento la mejor pelea de 2015.
Será además el 'pague por ver' más vendido en la historia, pero con la gran tristeza de que Floyd no le dio a la afición la demostración que ellos esperaban.
Más bien, fue lo mismo de sus anteriores pleitos y hasta repitió su 'carrera Nascar' en los últimos dos asaltos algo que ya habíamos pronosticado que podía suceder.
A Pacquiao le faltó fuerza y arriesgarse más en sus ataques.
Le faltó mucha más de esa gallardía que lo hizo ganar ocho cinturones mundiales en diferentes divisiones ante peleadores que incluso superaban en alcance y estatura hasta al propio Mayweather.
Tuvo sus buenos momentos -como allá en el cuarto asalto- en el que hizo retroceder a Mayweather con un potente recto de derecha. Pero también dejó que el 'MoneyMay' reagrupara sus fuerzas.
Creo que Mayweather, más allá de ser lo que es, un gran peleador y un artista de la defensa, demostró que es capaz de crear una historia, que lleve a muchos a pagar grandes sumas.
Él mismo acudió a un partido de baloncesto en donde estaba Pacquiao para lanzar la pequeña bola de nieve que terminó arropando a una nación y al mundo. Hizo que millones se asociaran a su red privada para allí anunciar el pleito.
Se encargó de crear interrogantes, infló boletos, vendió mercancía alusiva a su combate por todos lados y hasta le vendió más de 15 mil boletos a $10.00 cada uno, para dar acceso a una ceremonia de pesaje que siempre ha sido gratis para los fanáticos.
Hizo pensar al público que ésta vez dejaría todo sobre el cuadrilátero, pero al final hizo lo mismo que ha realizado en sus 48 peleas: defenderse, marcar golpes y apuntarse una victoria utilizando una técnica que curiosamente ha sido el veneno de los peleadores de la escuela cubana.
En fin, Mayweather se colocó a una victoria de igualar al legendario Rocky Marciano, pero jamás llegará a ser tan emocionante como el fajador de Massachussetts, que selló su carrera con 49 victorias y 43 de ellas por la vía del cloroformo.