SAN DIEGO – Lanzar al corredor ha sido una de las características de las ofenisvas lideradas por el mariscal de campo de los San Diego Chargers, Philip Rivers.
Un corredor ha terminado con al menos 49 recepciones cada campaña desde que Rivers se convirtiera en titular del equipo, en el 2006
Pero eso cambió en el 2014. Branden Oliver lideró a los corredores con 36 atrapadas para 271 yardas.
La razón de ese declive, por supuesto, fue la lesión de principios de temporada al especialista de terceras oportunidades, Danny Woodhead, quien sufriera fractura de tobillo frente a los Buffalo Bills en la Semana 3.
En su primera campaña con los Chargers, Woodhead totalizó 1,034 yardas desde la línea de golpeo, incluyendo 76 recepciones para 605 yardas y seis touchdowns. Woodhead finalizó empatado por tercero entre corredores con 86 pases enviados en su dirección, y superó a todos los corredores de la liga con 21 de esas oportunidades ocurriendo en zona roja.
Rivers desarrolló una buena química con Woodhead, quien llegó a la organización como agente libre en el 2013. Y el gerente general de los Chargers, Tom Telesco, reconoció ese entendimiento, mostrando su compromiso hacia Woodhead al brindarle una extensión contractual de tres temporadas y 7.25 millones de dólares durante el campamento de entrenamiento del año pasado.
Woodhead ha sido una de las mejores sorpresas para los Chargers hasta el momento en temporada baja. Ha destellado la rapidez y elusividad que lo convierte en uno de los mejores a la hora de atrapar pases en su posición, mientras regresa la seria lesión de tobillo.
“Sería difícil tratar de salir allá e intentar ejecutar si no estás seguro de lo que puedes hacer”, dijo Woodhead. “Quiero ser la misma persona, y creo que lo soy. Eso es lo principal, acomodarse y salir a hacerlo, y luego demostrarte que lo puedes hacer de nuevo”.
El entrenador en jefe de los Chargers, Mike McCoy, dijo no estar sorprendido por el hecho de que Woodhead esté jugando al mismo nivel que poseía antes de la lesión.
“No, no, para nada”, externó McCoy. “No con el modo en que trabaja y su aproximación al juego. Es uno de los chicos que siempre está aquí temprano, laborando y haciendo trabajo extra. Cuando estuvo alejado de nosotros por un poco de tiempo, nos enviaba pequeños videos con sus noticias, cosas así. Así que es no me sorprende ni un poco”.
Woodhead cumplió 30 años de edad en enero, el número mágico para corredores, cuando sus habilidades usualmente comienzan a erosionarse. Pero Woodhead no es el usual corredor de cuesta abajo. Ha promediado apenas 55 acarreos por temporada a lo largo de su trayectoria de siete campañas de NFL.
“No me siento tan viejo”, declaró Woodhead. “No siento que esté en las últimas. Me siento realmente bien. No sé si es porque he tenido menos toques que muchos corredores de 30 años de edad, pero me siento realmente bien. No siente que esté perdiendo velocidad”.
Woodhead También siente optimismo por el potencial de la ofensiva de San Diego para esta campaña. Aceptando que apenas estamos en el mes de junio --a tres meses de que los Chargers arranquen su temporada regular frente a los Detroit Lions en septiembre– Woodhead cree que San Diego puede ser explosivo a la ofensiva.
“Esperamos que sea un poco mejor de lo que era en este punto del año pasado, pero veremos”, explicó el corredor. “Es un proceso de día a día. Queremos ser grandiosos y creemos que contamos con muchos buenos jugadores y buenas piezas. Así que estamos emocionados por ello”.