KANSAS CITY -- Ahora que estamos entrando al tercer mes de la temporada baja, vale la pena sacar algunas conclusiones sobre lo que ha sucedido.
Los Denver Broncos, para empezar, lucen más peligrosos con DeMarcus Ware, Aqib Talib y T.J. Ward uniéndose a su defensiva. Los Tampa Bay Buccaneers serán uno de los equipos más intrigantes de la liga después de un racimo de movimientos que incluyó el corte del esquinero Darrelle Revis y la adición del ala defensiva Michael Johnson.
Luego se encuentran los Kansas City Chiefs. Dado lo callados que han estado hasta el momento, ningún equipo enfrenta mayor presión de acertar en grande cuando arribe el draft en el próximo mes.
Existe una explicación obvia por la falta de movimientos grandes por parte de los Chiefs desde que inició el periodo de firma de agentes libres no restringidos el 11 de marzo: no cuentan con mucho dinero para quemar. Actualmente, Kansas City debe tener unos 4.5 millones de dólares en espacio bajo el tope salarial, ranqueando entre las situaciones menos favorables de la liga.
Kansas City necesita algunos jugadores capaces de marcar diferencia para su plantilla de cara al próximo otoño. Si los Chiefs no encuentran suficientes, estaremos frente a un equipo que tome un paso hacia atrás luego de mostrar un avance significativo el año pasado.
Los Chiefs fueron la escuadra que más mejoró en la NFL durante el 2013. Consiguieron vía canje a un mariscal de campo que terminó jugando en el Pro Bowl (Alex Smith), firmaron a sólidos jugadores de rol (incluyendo al esquinero Sean Smith y al guardia Geoff Schwartz) y pasó de una temporada de dos triunfos en el 2012 a una campaña de 11-5 un año más tarde.
Ahora todas esas buenas vibras dejan interrogantes sobre el tipo de seguimiento que puede producir el entrenador en jefe Andy Reid con este grupo. Dado el inicio de la temporada baja, es difícil imaginar a los Chiefs luciendo decididamente mejores.
La agencia libre ya ha arrebatado a Kansas City de tres linieros ofensivos: Schwartz, el tackle izquierdo de Pro Bowl, Branden Albert, y el guardia Jon Asamoah. Todavía no existen nuevas opciones entre los receptores abiertos que inspiren confianza en una ofensiva que sufrió en el juego aéreo por buena parte del 2013. La secundaria también continúa siendo un enorme signo de interrogación una vez que miras más allá de Smith y de los jugadores de Pro Bowl, Brandon Flowers y Eric Berry. La única buena noticia ahí es que los profundos Kendrick Lewis y Quintin Demps se han marchado luego de sufrir a lo largo de toda la temporada pasada.
Existen muchas preguntas para un equipo que ganó apenas dos de sus últimos partidos (incluyendo una derrota de playoffs ante los Indianapolis Colts). Los Chiefs han hecho un puñado de adquisiciones sin gran impacto sobre el tope salarial --la más notable siendo la incorporación del apoyador interno Joe Mays-- pero esos fichajes se ocupan de la profundidad, por sobre todo. El draft, por otro lado, es donde Kansas City podría encontrar a un jugador de impacto, o dos. Si los Chiefs han de conseguir más ayuda, aquí es donde probablemente deberá suceder.
Algo de esto es por diseño, por cierto. El gerente general de Kansas City, John Dorsey, se hizo de un nombre durante dos décadas con los Green Bay Packers, un equipo que normalmente le rehuyó a las costosas contrataciones de agencia libre bajo el mando del gerente general Ted Thompson. Dorsey ha traído la misma mentalidad a Kansas City. Como todo contendiente perenne en esta liga, los Chiefs quienes que su talento desarrollado localmente los lleve tan lejos como pueda llegar el equipo.
Esa es una filosofía que sonaría más alentadora si el primer reclutamiento de la era Dorsey-Reid no hubiera sido tan decepcionante. El tackle derecho Eric Fisher, quien se muda al lado izquierdo esta temporada, debe mostrarse agradecido de que los Chiefs empezaron jugando tan bien, porque pocas personas se percataron de sus problemas como novato.
Otros dos jugadores no contribuyeron gracias a lesiones (el ala cerrada Travis Kelce y el safety Sanders Commings), mientras que otros tres no encontraron muchas oportunidades de recibir repeticiones (el apoyador Nico Johnson, centro Eric Kush y ala defensiva Mike Catapano).
¿Las dos señales más positivas para la clase de novatos de Kansas City del 2013? El corredor Knile Davis se encendió en la recta final luego de sufrir problemas de balones sueltos, y el esquinero Marcus Cooper, quien fue firmado tras ser desechado por los 49ers, probó que podría ser un contribuyente con algo más de experiencia.
Para ser justos, los Chiefs no son el único equipo que no obtuvo réditos instantáneos de su generación de novatos pasada. Hay bastantes franquicias que atraviesan las mismas dificultades con jugadores jóvenes todos los años. Sin embargo, Kansas City es un equipo que poco puede darse el lujo de entrar a una segunda temporada con tan baja producción de su talento menos experimentado. Entre más avanzó la temporada pasada, más se hizo evidente que Kansas City estaba ganando con base en sus entrenadores y la oportunidad. Ningún equipo en la liga enfrentó a más mariscales de campo de bajo nivel en los dos primeros meses de la campaña que los Chiefs.
Por mucho que Kansas City necesite que esa generación madures de inmediato --Fisher, para empezar, debe mostrar un avance como reemplazo de Albert en el tackle izquierdo-- es claro que los Chiefs deberán pegar un jonrón en la primera ronda de este año.
Lo seguro sería afirmar que esa selección será un receptor abierto, dado que fue la mayor debilidad ofensiva de los Chiefs en el 2013. Habrá varias alternativas en la posición cuando Kansas City sea llamado al podio en el turno Nº 23 global, incluyendo algunos con suficiente velocidad para abrir a la ofensiva de los Chiefs. Tampoco sería sorpresivo ver que sumen a otro ala cerrada, un esquinero, y a un profundo en las rondas ulteriores.
Lo que no se pueden permitir los Chiefs es creer que pueden regresar a los playoffs con base únicamente en lo que regresa para ellos este año, un cimiento que incluye a ocho jugadores de Pro Bowl. Aún cuando la AFC no está plagada de equipos dominantes, Kansas City tienen la mala fortuna de jugar en la mejor división de la conferencia.
Los Broncos serán un fuerte favorito para retornar al Super Bowl, mientras que los San Diego Chargers vienen de un fuerte cierre de temporada pasada y un boleto de comodín. Un tropiezo o dos en medio de un calendario más complicado --los Chiefs disputarán ocho encuentros ante oponentes de la NFC Oeste-- y Kansas City podría encontrarse mirando desde afuera cuando comiencen los siguientes playoffs.
La buena noticia es que todavía es temprano en el proceso, y que el draft es profundo. Como la mayoría de los equipos, los Chiefs deben creer que pueden amarrar talento de calidad, aún sin el beneficio de contar con una selección de segunda ronda que enviaron a San Francisco como parte del negocio por Smith. Así que es enteramente posible que esta conversación sea totalmente diferente en unos seis meses. Si no lo es, el trabajo de Reid podría lucir mucho más complicado de lo que jamás fue en el 2013.