<
>

Manu Ginóbili, la Generación Dorada, y una carrera contemporánea a 25 años de SportsCenter

play
"Esto es un milagro, se dio de una manera que no podés entender", dijo Manu Ginóbili sobre la consagración en los Juegos Olímpicos (1:30)

En diálogo con Sportscenter, el argentino recordó lo que fue obtener la medalla de oro en Atenas 2004. (1:30)

La historia de Manu Ginóbili corre en paralelo con los 25 años de SportsCenter en ESPN. Son líneas que crecieron juntas: mientras el programa se convertía en un fenómeno continental, Manu se transformaba en el deportista argentino más influyente de su tiempo, el símbolo de un equipo que cambió para siempre la historia del básquetbol mundial.

Hoy, desde San Antonio, donde recibió a ESPN para esta entrevista especial, Ginóbili mira hacia atrás y vuelve a recorrer el camino que hizo eterna a la Generación Dorada. Un recorrido que tuvo dos estaciones decisivas: Indianápolis 2002, el Mundial que los puso en el mapa al ser la primera Selección que lograba vencer a un equipo compuesto íntegramente por jugadores NBA; y Atenas 2004, donde Argentina logró lo que ninguna otra selección pudo desde Barcelona 1992: ganar el oro olímpico en la era de los NBA.

El reencuentro en Parque Roca: emoción, vergüenza y una ovación que lo desbordó

La Generación Dorada volvió a reunirse en 2024 en un Parque Roca repleto. Un partido homenaje que llenó la cancha y que, según Manu, lo sacó de su zona de confort emocional. "Fue muy raro, no quería jugar ese partido, porque me avergonzaba un poco. No podía ni picar la pelota. Pero cuando nos comprometimos y dijimos vamos a hacerlo, todo fluyó mejor".

Ginóbili confesó que necesitó prepararse físicamente: "Me preparé dos o tres semanas en San Antonio como para estar un poco más fino", pero lo que realmente lo marcó fue el público: "Una vez que llegamos al evento y vimos la cola para entrar de cuadras, la efervescencia, la locura, el afecto, fue conmovedor y emocionante".

Indianápolis 2002: el día que Argentina le ganó a la NBA

play
2:16
Manu Ginóbili: ''Fabricio Oberto es único, un personaje adorable''

En un mano a mano con SportsCenter, el astro argentino se expresó sobre su compañero, con quien compartió en San Antonio Spurs y la Selección Argentina.

El recorrido hacia atrás que planteó Leo Montero en la entrevista fue algo así como un viaje emocional en estaciones. El triunfo albiceleste, histórico, conmovedor, fue mucho más que una victoria. Fue una declaración de existencia.

"En Indianápolis, después de ganarle un partido increíble a Estados Unidos, que nos llenó de orgullo, venía Brasil. El mundo nos felicitaba, estábamos exultantes, pero venía un partido dificilísimo. El momento de sentir que le ganamos a la NBA fue algo inolvidable".

Manu recuerda esa noche no como un final, sino como un punto de partida. Argentina terminó subcampeona del mundo -perdió la final con Yugoslavia- pero adquirió algo que no aparece en los libros de estadísticas: creencia real de que podían ganarles a todos. Ese fue el combustible emocional que estalló dos años más tarde en Atenas.

Atenas 2004, el oro imposible que encabezó Manu Ginóbili y empezó con revancha ante Serbia

Argentina venció 84-69 a Italia en la final y se convirtió en la única selección en ganar un oro olímpico desde que los NBA compiten en los Juegos Olímpicos. Todos los oros desde 1992 pertenecen a Estados Unidos... excepto uno. El primer capítulo fue con revancha de la final: doble agónico para vencer a Serbia, palomita incluida, en la jugada más bella y emocionante de la historia del básquetbol argentino.

La Generación Dorada no solo ganó ese torneo: influyó, inspiró y se hizo eterna. De Argentina para el mundo, este equipo fue un mensaje,

La competitividad nunca se apagó para Ginóbili

Aun retirado, Manu reconoce que la llama sigue encendida: "No puedo alejarme de la competitividad. En cualquier cosa, un partido de paddle, un picadito acá, lo que sea, quiero ganar. No me da lo mismo. Ahora, no me amargo jamás como me pasaba antes, eso seguro".

A pesar de ser protagonista de algunos de los momentos más icónicos del deporte argentino, Manu no vive mirando atrás. No es su estilo. "No soy de ir a buscar, pero hoy con redes sociales es imposible aislarse. Pasan 20 años de la palomita o de un juego en particular, y cuando llega lo mirás y decís: qué bueno que estuvo".

La palomita. El partido del oro. La despedida en Río 2016. Momentos que ya no son solo recuerdos: son patrimonio cultural del deporte. "No vivo del pasado ni soy súper melancólico, pero miro".

La Generación Dorada y el secreto de un equipo irrepetible

Ginóbili lo resume en una frase que explica todo: "Los chicos de la Selección nos queremos, nos gustaba estar juntos, nos divertíamos fuera de la cancha. Hoy también. Es un grupo increíble". Esa química -la famosa química- no se fabrica: surge. Y cuando surge, los equipos se vuelven legendarios.

La Generación Dorada no ganó solo por talento. Ganó por conexión, pertenencia, disfrute y un sentido de misión compartida. Ganó porque cada uno estaba dispuesto a hacer lo que hiciera falta para los demás.

Ganó porque tenían a Manu, su faro competitivo, su eje de perseverancia y su líder deportivo y emocional.