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Se cumplen 30 años del cambio de Colts de Baltimore a Indianapolis

Ray Lewis definió la nueva afición de Baltimore y entregó dos Trofeos Lombardis a la ciudad. Getty Images

BALTIMORE -- Este sábado se cumplen 30 años del día más infame para los deportes en la historia de Baltimore.

El 29 de marzo de 1984, los Colts se escaparon de Baltimore en una noche nevada para dejar una ciudad en luto deportivo. Los adultos lloraron. La gente manejó por las calles a la mañana siguiente con las luces prendidas como si alguien hubiese muerto.

"Es uno de esos momentos en la vida que recuerdas de forma lúcida", consideró John Moag, quien después llevó a los Cleveland Browns a Baltimore como presidente de la Autoridad de Estadios de Maryland. "Odiaría ponerlo al nivel del asesinato de John Kennedy, pero tuvo ese tipo de importancia por aquí".

Nadie sugiere que los aficionados de Baltimore deben perdonar. Aún hay una réplica de la cabeza del ex dueño de los Colts, Robert Irsay, en un ataúd de un restaurante mexicano en el centro.

Nadie está diciendo que lo olviden. Una generación más vieja de aficionados considera al antiguo recinto de los Colts, donde las camionetas de mudanza se llevaban la herencia de Baltimore, tierra sagrada aunque ya sea estadio de la División III colegial.

Simplemente es momento de poner esta fecha en perspectiva. Tres décadas después, Baltimore está mejor sin los Colts. Ya no hay blasfemias qué decir. Simplemente es la realidad.

Baltimore ha vendido todos los partidos a su máxima capacidad en uno de los mejores estadios de la unión americana, algo que se aceleró con la precipitada salida de los Colts. La ciudad ha celebrado dos títulos de Super Bowl con los Ravens, uno más del que tienen los Indianapolis Colts. El equipo de fútbol americano es propiedad de Steve Bisciotti, un anti Robert Irsay para muchos. Es un empresario local que gasta dinero para colocar potencial ganador en el campo.

"En los días de partido observo alrededor y, suena tonto, pero simplemente sonrío. Lo logramos", expresó John Ziemann, ex presidente de la banda musical de los Baltimore Colts, quien fungió como gestor para que el fútbol americano volviera a la ciudad. "Los aficionados, el Corral de los Colts, la banda, los ex jugadores de los Baltimore Colts y [el ex alcalde] William Donald Schaefer, todos lo logramos".

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El único dolor que existe es la molestia de haber perdido tradición. Aquellos que acarrearon años de ira y amargura hacia la herradura azul extrañaban a los Colts de los años 50 y 60. No hay mucha nostalgia por los años de Irsay. Se deshizo de Johnny Unitas en su segundo año como dueño y canjeó a John Elway antes de su última campaña como dueño en Baltimore.

Los Baltimore Colts tuvieron temporadas perdedoras en nueve de las 12 temporadas de Irsay como dueño, y el estadio Memorial se convirtió rápidamente en gradas semivacías. Los asistentes en el último partido de local de los Colts fueron 20,418.

Alguna vez franquicia modelo, los Colts se convirtieron en el hazmerreír bajo Irsay, quien irrumpió en el vestidor durante un partido de 1980 para exigir un cambio de mariscal al medio tiempo, y envió jugadas desde el palco un año después.

"Cuando veo ese casco con la herradura, pienso en las grandes memorias, en el orgullo, la tradición y amor que tenía por el equipo", explicó Ziemann. "Pero mi corazón pertenece al casco negro y morado".

BAJO EL MANTO DE LA OSCURIDAD

Se rumoró durante semanas en marzo del 1984 que Irsay mudaría a los Colts. Nadie creía en eso. Muchos pensaban que el comportamiento errático y las exigencias extrañas de Irsay mantendrían a los Colts en Baltimore.

Esa percepción cambió cuando el reportero del Baltimore Evening Sun, Ken Murray, recibió una llamada a las 19:00 horas de una persona que vio un camión de mudanza dirigirse al complejo de los Colts. Murray llamó al coach Frank Kush, quien reconoció que el equipo estaba en proceso de mudanza.

"Fue una escena surreal", exclamó Murray, el primer reportero en llegar a la escena. "Recuerdo haber sentido un adormecimiento, no por el frío, sino por caer en cuenta de lo que en realidad sucedía. Estaba a las puertas de la historia, viendo el desmantelamiento físico de una de las grandes franquicias de la NFL. Un puñado de gente estaba reunida, más por curiosidad que por otra cosa. Fue solemne y con ambiente funerario".

Steve LaPlanche, quien no se ha perdido un juego profesional en Baltimore desde 1956, se dirigió al complejo de los Colts esa noche y vio a los trabajadores cargar seis toneladas de utilería de los Colts en 15 camionetas de la empresa Mayflower.

"Siempre me recordaron a ladrones en la noche", dijo LaPlanche, quien permaneció toda la velada. "Literalmente arrojaban las cosas en las camionetas".

Durante 12 años, Baltimore no tuvo equipo en la NFL. La ciudad, no obstante, halló un nuevo equipo a seguir.

"Los aficionados apoyaban generalmente a cualquier equipo que fuera contra los Colts cada semana", describió Murray. "La emoción era casi tangible. También había un enojo directo hacia la liga y sus dueños por haberle permitido la escapada a Bob Irsay con todo y deuda. De todos modos, esos dueños no parecían arrepentirse".

MANTENER VIVA LA MEMORIA DE LOS BALTIMORE COLTS
Cuando los niños caminan por el Museo de Leyendas Deportivas, algunos preguntan por qué hay una exhibición de los Indianapolis Colts.

"Les explicamos toda la situación", compartió Ziemann, quien también es director del museo. "Lo último que quieres ver es la parte posterior de una camioneta de mudanza".

Hay algunos aficionados jóvenes que no saben de la existencia de los Baltimore Colts ni que uno de los mejores mariscales de campo en la historia de la NFL jugó allí. El Memorial, una vez conocido como el "hospital psiquiátrico más grande al aire libre", fue demolido y reemplazado por un asilo para ancianos.

Esto es lo que sucede cuando los Colts cumplen 30 años de haberse ido, mismo tiempo que jugaron en Baltimore (1953-1983). Incluso el mariscal de campo ganador de Super Bowl, Joe Flacco, nació 10 meses después de la mudanza.

"Esencialmente estamos perdiendo una generación aficionados a los Colts", sostuvo Moag. "Hay residentes en sus 30 y 40 que sólo conocen a los Ravens".

La historia viva de los Baltimore Colts también se está deteriorando. Jugadores Salón de la Fama como Unitas, Art Donovan y Jim Parker, han muerto tras ser ejemplos en la comunidad.

Cuando los ex jugadores de los Baltimore Colts se reunían una vez al mes, solía ser un grupo de 25 personas. El tiempo ha pasado factura a la fraternidad.

"Ahora, desafortunadamente, por el fallecimiento de algunos de nuestros hermanos, llegamos de tres a cinco personas a una reunión", compartió Bruce Laird, profundo de los Colts entre 1972 y 1981.

Han pasado tantos años que ya no hay un solo Unitas viviendo en Indianapolis. La nieta del Golden Arm fue contratada por Andretti Sports Marketing y su mudanza no cayó bien en la familia.

"Me quedé estupefacto", expresó John Unitas Jr., hijo del legendario mariscal. "Le dije, 'Dios mío, se llevaron a los Colts, se llevaron los récords de tu abuelo y ahora se llevan a su nieta'".

No te preocupes Baltimore, ella no es aficionada de los Indianapolis Colts.

VUELTA A LA PÁGINA CON LOS RAVENS
Baltimore intentó atraer un equipo de NFL en la expansión de 1995, pero la liga colocó franquicias en Carolina y Jacksonville. El entonces comisionado de la NFL, Paul Tagliabue, sugirió que Baltimore utilizara su dinero para construir un museo o a una planta.

Si la ciudad quería fútbol americano nuevamente, tenía que hacer exactamente lo que Indianapolis hizo con los Colts. En 1996, Art Modell movió a los Cleveland Browns a Baltimore, dejando nombre e historia detrás. El 29 de marzo de 1996 --exactamente 12 años después de la mudanza de los Colts-- el nuevo equipo de Baltimore fue llamado oficialmente Ravens.

Con atención a los sentimientos que Modell acaba de "hacer un Irsay" a Cleveland, los Ravens aprehendieron la tradición de los Baltimore Colts. Una estatua de Unitas fue construida afuera del M&T Bank Stadium. Los ex jugadores de Colts, Tom Matte y Stan White eran parte del equipo de transmisión. El popular corredor de los Colts, Lenny Moore, es un visitante frecuente en las prácticas de los Ravens. El equipo también adoptó a la antigua banda musical.

"Los Modells vinieron y dijeron, 'no estamos aquí para borrar su historia; estamos aquí para sumar'", apuntó Ziemann.

Los Ravens ya tienen su propia historia tras completar su 17° temporada en Baltimore. Jonathan Ogden se convirtió recientemente en el primer jugador reclutado por los Ravens en llegar al Salón de la Fama, mientras que Ray Lewis y Ed Reed se perfilan para alcanzarlo. Los Ravens en llegado a los playoffs en cinco de las últimas seis temporadas, con tres apariciones en la Final de la Conferencia Americana y una victoria de Super Bowl.

Es una nueva tradición de éxito para una nueva generación de aficionados. La edad promedio de las abonados es de 53 años, lo que significa que los seguidores de Ravens estaban en sus 20 cuando los Colts se marcharon.

"Tenemos uno de los mercados más jóvenes de la liga por una razón", expuso Bisciotti. "Los Ravens vinieron y no había muchos mayores de 60 años dispuestos a apoyarnos. Bueno, ya van a cumplir 80. Creo que nos hemos ganado a la mitad de ellos al ganar y la otra mitad están muertos".

Algunos creen que el odio a la herradura disminuyó cuando Irsay falleció en 1997. Otros piensan que el capítulo cerró cuando los Ravens ganaron el Super Bowl en el 2000.

La verdadera prueba que Baltimore superó a los Colts vino en la postemporada del 2012. Este juego no se trató de los Ravens venciendo a Indianapolis por primera vez en la temporada, sino que será recordado como el último juego de local de Ray Lewis, el mejor jugador en la historia de los Ravens.

Los Ravens alcanzaron su segundo trofeo Lombardi esa campaña, lo que dio a Baltimore otra oportunidad de celebrar al hacer historia, mas no lamentarse de ella.