Nicolás Jarry (59° del ranking ATP) no detiene su presente arrollador. El chileno, que está teniendo un 2023 soñado, alcanzó en Monte-Carlo por primera vez en su carrera los octavos de final de un Masters 1000. El australiano Alexei Popyrin (95°) arrancó como para llevárselo por delante pero con paciencia logró dar vuelta la historia. Fue un verdadero triunfazo con placa de 3-6, 7-5 y 6-4 en dos horas y 30 minutos de juego.
Jarry llegaba de un enorme triunfo ante el croata Borna Coric (20°) en sets corridos y sin mostrar fisuras en la primera ronda. Además, ese éxito le valió el primer festejo en torneos de esta categoría en más de cuatro años (el último había sido en Indian Wells 2019).
Su año roza la perfección. El 1 de enero figuraba como el 152° del mundo y, poco más de tres meses más tarde, está afianzado entre los 100 mejores. Se consagró campeón del ATP 250 de Santiago de Chile, hizo semifinales en el ATP 500 de Río de Janeiro y alcanzó la segunda ronda en el Australian Open, como sus mejores resultados. Tiene un gran récord de 16 victorias y cinco derrotas.
Lo que sigue para el chileno es Nada menos que Stefanos Tsitsipas. Ni más ni menos.