El partido entre Daniil Medvedev y Aslan Karatsev en Madrid podría tener el ingrediente necesario de un duelo entre compatriotas. Sin embargo, la pizca de sal la puso, cuándo no, el bueno de Daniil con una queja sobre el público.
Primeramente se fue a quejar al umpire Carlos Bernardes y luego discutió con el supervisor del torneo sobre el espacio que hay de la línea de fondo con respecto a las lonas.
"Estoy en desventaja", señaló sentado en la silla refrendando que en la cuarta ronda de un torneo de esta categoría tenga que jugar en la segunda cancha en importancia donde hay, según él "muy poco espacio para devolver las pelotas". Cabe recordar que en la cancha Arantxa Sánchez Vicario hay menos espacio comparado con la Manolo Santana.
Medvedev, hombre que le gusta irse muy atrás para la devolución, está casi pegado a la valla, obligando al juez de línea a desplazarse a un lateral para ver el pique de la bola.
El amague de pelotazo al cielo madrileño y la patada a un protector de las cámaras para los "Challenge" fueron las primeras reacciones de alguien que no está para nada conforme. El ida y vuelta (nada complaciente) con el público fue el corolario.
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