Y un día llegó. Se cumple un año en que Serena Williams, luego de haber jugado un US Open histórico (para ella y todos los amantes del tenis), perdió en tercera ronda a manos de la australiana Alja Tomljanovic por 7-5, 6-7 (4) y 6-1 y colgó la raqueta.
En un encuentro con muchas emociones por todos los rincones del Arthur Ashe, colmado de público, la ex número uno del mundo y ganadora de 23 títulos de Grand Slam le dijo adiós al deporte que ella engrandeció durante más de 20 años en el circuito.
A lo largo de su carrera, logró acumular un palmarés de 73 títulos en singles y 23 en dobles (de los cuales 14 son de Grand Slam junto a su hermana Venus) más cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos (tres correspondientes a dobles y una en singles). Sin duda una cantidad de trofeos impresionante que la posiciona como una de las verdaderas GOAT, no solo del tenis, sino de la historia del deporte.
En estos 365 días se dedicó a campañas publicitarias, viajes y disfrutar de eventos deportivos (vio a Lionel Messi en su debut en Inter Miami) no sin antes anunciar, hace pocos días, que fue mamá por segunda vez.