No aparecía como un rival de temer Mackenzie McDonald. Sin embargo, Grigor Dimitrov se "olvidó" de jugar durante la primera hora de juego o directamente no ingresó al Brad Drewett Court del ATP 500 de Beijing.
Cuando se dio cuenta dónde estaba el marcador hablaba por sí mismo: 6-1 y 5-2 para el estadounidense. Hacía mucho que no se veía algo similar, pero el búlgaro consiguió emparejar el marcador y darle vuelta con una confianza a la que acompañó con un gran tenis.
Asimismo su rival no encontró sellar lo que, parecía, tenía entre manos y el resultado final fue de 2-6, 7-6 (4) y 6-1 para quien tendrá un siguiente rival en Holger Rune. Ni más, ni menos.