Danielle Collins (N°53 del ranking WTA) es dueña de una historia de superación digna de contarse. La estadounidense, que actualmente transita su último año como tenista profesional, venció a Elena Rybakina (4ª) en la definición del Miami Open y consiguió, a sus 30 años, el título más importante de su carrera.
"Tal vez cuando me retire, una compañía farmacéutica me tome: artritis reumatoide, endometriosis, dolores crónicos, lesiones… Quiero decir, soy el sueño de todo farmacéutico”, lanzaba con humor a principios de este mes sobre los problemas de salud que la acompañan en sus años como profesional.
Ha convivido con los dolores durante largas temporadas y, a sus 30 años, comunicó que esta será la última en la que compita en el alto rendimiento dentro del circuito femenino.
El anuncio lo hizo luego de su caída en segunda ronda del Australian Open ante Iga Swiatek. Para ese entonces su palmarés estaba integrado por dos títulos ganados en 2021: Palermo (250) y San José (500).
Desde hace dos años, cuando arribó a su primera y única definición de Grand Slam en el Abierto de Australia, no pisaba una instancia de tal magnitud pero, tal vez ya liberada al haber tomado una decisión sobre su futuro, encontró su mejor versión en el tramo final de la gira estadounidense.
En el Miami Open superó los desafíos propuestos por Bernarda Pera (3-6, 6-1 y 6-1), Anastasia Potapova (6-2, 6-2), Elina Avanesian (6-1, 6-2), Sorana Cirstea (6-3, 6-2), Caroline Garcia (6-3, 6-2) y Ekaterina Alexandrova (6-3, 6-2) para meterse por primera vez en su carrera en la última instancia de un evento de la categoría WTA 1000.
Finalmente, en el partido por la gloria, estiró su momento venciendo a una de las mejores tenistas de la actualidad, Elena Rybakina, por 7-5 y 6-3 luego de dos horas en cancha. Así, se convirtió en la tenista de menor ranking en alzar la copa en la historia del Miami Open.
En la ceremonia de premiación, Danielle, que ha sentido el torneo como propio desde pequeña al ser oriunda de Florida, recordó el desafío que su papá lanzó en algún momento de su vida: "Irás al Miami Open solo si es para jugarlo". Y tiempo después, no solo lo jugó sino que, en su último año como tenista profesional, se dio el gusto de ganarlo en casa con su gente alrededor.
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