El alemán Alexander Zverev (4º del mundo) tuvo una gran función ante el australiano Alex de Miñaur (11º) en los cuartos de final de Roland Garros, competencia en que se impuso en sets corridos para avanzar a instancia de semifinales por cuarto año consecutivo.
Feliz con su actuación, el teutón, de 27 años de edad y dueño de 22 trofeos ATP, habló a pie de cancha con una sonrisa de oreja a oreja y manifestó estar entero físicamente aún habiendo jugado dos batallas a cinco sets en rondas anteriores.
"Me gusta trabajar hasta mi límite y de pronto me di cuenta que los partidos a cinco parciales no son tan difíciles. Lo vengo pensando y encarando de esa forma en los últimos años. Estoy muy contento de estar en otra semifinal y ojalá poder seguir avanzando", afirmó el nacido en Hamburgo, entrevistado en la Philippe Chatrier, minutos después del triunfo 6-4, 7-6 (5) y 6-4, por el ex jugador español Alex Corretja.
A su vez, se refirió a un punto clave del encuentro, precisamente a un rally de 39 impactos (uno de los más largos del torneo) con el marcador 5-5 en el tiebreak de la segunda manga, que derivó en el set point que luego cerraría con altura para sacar ventaja de 2-0. "Afortunadamente mi padre y entrenador me entrena desde que tengo tres años, cuando eran cuatro horas de correr y correr... mientras uno corra y meta la pelota en la cancha te da la posibilidad de jugar partidos como estos", afirmó.
Por último, consultado por su rostro alegre, "Sascha", que será rival del noruego Caper Ruud (7º), en búsqueda de vengarse de la derrota en este mismo suelo y ronda en 2023, contó: "El tenis es un deporte que me ha dado mi primer amor, duras peleas, buenos y malos momentos. Me dio muchas cosas y no puedo devolverle todo eso de otra forma que no sea con una sonrisa".
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