Las emociones y las lágrimas se adueñaban de la escena en la Cancha Central del All England Club. Allí, Andy Murray recibía un cálido homenaje, tras haber caído junto a su hermano Jamie ante Rinky Hijikata y John Peers por 7-6 (6) y 6-4, en lo que era su última edición del Wimbledon,.
Luego de los homenajes, el dos veces campeón de este torneo y ex N°1 del mundo, tomó el micrófono y habló ante el público presente. "Siempre fue especial jugar con Jamie, físicamente no fue fácil para mí este partido, pero pude jugarlo", comenzó relatando Murray, quien atraviesa serios problemas físicos desde hace tiempo.
Por otro lado, el ganador de la medalla de oro olímpica en 2012 y 2016, se refirió a su estado actual y le sacó aún más lágrimas a los espectadores con sus palabras. "Los últimos años han sido duros para mí. Me encantaría seguir jugando, pero no puedo. Amo el deporte, quiero jugar para siempre", deslizó Murray.
Finalmente, se tomó el tiempo de dedicarle unas palabras a Kim Sears, su esposa y recordó una linda anécdota, que le sacó una risa a más de uno: "Será mejor que diga algo sobre mi esposa, de lo contrario me meteré en problemas. En el primer partido que vino a verme, en el US Open, vomité dos veces, una justo al lado de donde ella estaba sentada y otra en la bolsa de mi oponente. Y ella siempre me pareció apreciarlo, así que supe que era alguien a quien debía mantener"