Pese a coquetear con el título este domingo, la tenista rusa Mirra Andreeva (19ª) no logró cerrar el batallado match y cedió 6-0, 4-6 y 6-4 en la final del WTA 500 de Ningbo, quebrando en llanto durante la premiación para generar un elogiable gesto de su compatriota Daria Kasatkina (11ª).
Luego de ceder sin atenuantes en la manga inicial, la nacida en Krasnoyark, de solo 17 años y reciente campena en el WTA 250 de Iasi, levantó considerablemente su nivel en el cemento chino para igualar el encuentro, adelantarse rápidamente en el tercer set e ilusionarse con el triunfo al quedar a solo dos puntos de ponerse 4-0.
No obstante, la ex número 8 del mundo, de 27 y quinta sembrada, que había aprovechado el retiro de la española Paula Badosa (15ª) en semifinales, apretaría los dientes para imponerse en los cinco games siguientes, firmar el éxito en prácticamente dos horas de pleito y levantar su octavo trofeo en el máximo nivel, segundo durante 2024, después de Eastbourne.
El momento que se robaría los flashes de la jornada sucedería en la condecoración, porque la pupila de Conchita Martínez, ya visiblemente sensible por el resultado, tomaría el micrófono y comenzaría a agradecer hasta romperse por dentro: "Buenas tardes a todos. Primero que todo por supuesto quiero felicitar a Dasha, realmente mereciste ganar este título".
Después de un cálido aplauso de los espectadores, la pasada semifinalista en Roland Garros recibiría una muestra de afecto aún más contundente, esta vez a través de la oriunda de Togliatty, que subiría al escenario para fundirse en un afectuoso abrazo y susurrarle palabras de aliento, viralizándose en redes sociales en cuestión de minutos.
Cabe destacar que Andreeva escalará hasta el 16° escalafón del ranking mundial, alcanzando su mejor posición histórica, mientras que Kasatkina regresará al Top 10 al desplazar a la estadounidense Danielle Collins (9ª) y la brasileña Beatriz Haddad Maia (10ª) para establecerse en el noveno lugar.