Finalmente aquello que se auguraba en la previa entre el kazajo Alexander Bublik (82°) y el francés Corentin Moutet (79°) se convirtió en realidad este viernes, cuando no defraudaron ni un poco en cuanto a show, dramatisimo y polémica en cuartos de final del Challenger 175 de Phoenix.
Luego de fallar en primera y segunda ronda, respectivamente, del Masters 1000 de Indian Wells, dos de los tenistas más extrovertidos del circuito masculino no se ruborizaron ni mucho menos al bajar para disputar el prestigioso evento norteamericano, en el cual también participaron otros talentosos jugadores como el japonés Kei Nishikori (76°), el brasileño Joao Fonseca (80°) y el italiano Flavio Cobolli (40°), entre otros.
En el segundo turno de la cancha central, el zurdo parisino no tardaría demasiado para hacer de las suyas, necesitando tan solo su primer turno de servicio para concretar su tradicional saque de abajo, forzando la subida del ex número 17 del mundo para asegurar el tanto con un passing cruzado galáctico.
Ya en el inicio del segundo set, exactamente en el 2-1 (40-30) a su favor, el finalista de Doha 2020 se adueñaría de uno de los puntos más lindos de la jornada, porque serviría fuerte a la T, obligaría una respuesta poco ortodoxa de su rival y subiría a la red para ensayar un tweener de media volea deluxe, ganándose los aplausos de los fanáticos para ilusionarse con cerrar el match en mangas corridas.
No obstante, el galo no se conformaría con tamaña resolución e iría por más en el 5-6 (0-15), protagonizando probablemente el mejor punto del encuentro al combinar las diversas variantes de su juego, entregar alma y vida en un peloteo agotador, y dejar perplejos a los espectadores y a su propio contrincante con una volea de espalda de otro planeta.
Otra muestra de su inagotable arsenal de recusos quedaría manifiesta en el 4-5 (0-15) del tercer parcial, comenzando un entretenido rally con varios intercambios, el cual culminaria nuevamente en el tejido divisor al emplear un contra drop, construir una muralla defensiva y soltar un toquecito sutil para apretar el puño y desatar la algarabía.
El principio de la discordia sucedería en el 6-5 del parcial decisivo, instante en que el nacido en Gatchina, Rusia, se aprestaría para servir mientras el galo continuaba moviéndose en su lugar sin ponerse en la habitual posición para recibir, lanzando un "no estoy listo" hacia que su contrincante, que, sin pelos en la lengua como de costumbre, le respondería "me importa un carajo", generando la carcajada unísona de los presentes.
La parte negativa de la jornada llegaría una vez que Bublik firmara la remontada, imponiéndose 2-6, 7-6 (4) y 7-5 en casi dos horas y media de pleito, a raíz de que se saludarían con cara de pocos amigos en la red, comenzando un entredicho verbal que subiría rápidamente las revoluciones hasta que el umpire y el supervisor del partido necesitarían interceder para calmar las aguas y que no pasara a mayores.