Sebastián Báez (36° del ranking mundial) y Flavio Cobolli (45°) jugaron la final de Bucarest con el objetivo de quedarse con el título en el ATP 250 que se disputa sobre polvo de ladrillo.
Más allá de los intensos peloteos, propios de la superficie, y algunos puntazos, lo cierto es que una curiosa acción del argentino fue la que se robó todos los flashes. ¿Qué ocurrió?
En cada cambio de lado, el sudamericano se colocó guantes para cubrirse del frío. Cabe aclarar, que en la previa del partido cayó abundante agua en la capital rumana con una temperatura que no superó los 5°C.
Si bien hay excepciones, como los torneos de tenis se suelen disputar en verano, la mayor cantidad de problemas climatológicos ocurren por el exceso de calor y no tanto por el frío.
Sin dudas, este accionar del argentino fue más que raro y se robó los flashes del partido por unos instantes. Lo increíble, es que no lo hizo solo en los primeros games sino que lo continuó haciendo incluso cuando ya había entrado claramente en calor con el avanzar del set.
Báez había arribado a esta final tras dejar en el camino a Gabriel Diallo (81°), Francisco Comesaña (64°) y a Marton Fucsovics (90°), respectivamente. Esta de Bucarest es la tercera final del año para el oriundo de San Martín, tras lo hecho en Rio (fue campeón) y Santiago (cayó ante Laslo Djere).
El italiano, en cambio, en su camino tuvo que vencer a Richard Gasquet (148°), Filip Misolic (232°) y por último a Damir Dzumhur (65°).