Richard Gasquet (166º del ranking mundial), ese jugador que enamoró los fanáticos del tenis con su revés a una mano, se dio el gusto de ganar -una vez más- en Roland Garros. En lo que es su último torneo como profesional, derrotó en la primera ronda a su compatriota Terence Atmane (122º) por 6-2, 2-6, 6-3 y 6-0.
Gasquet, de 38 años, fue puro oficio y talento. Porque aunque el físico ya no le responde como antes, la mano sigue intacta. Y esa diferencia fue clave ante un Atmane que se desdibujó por completo después de sufrir calambres en el inicio del tercer set. Desde ahí, no hubo más partido. Cometió 64 errores no forzados, perdió el rumbo y también la compostura: le sacó de abajo, no lo saludó con respeto al terminar el encuentro y se cruzó con el público, que no dudó en abuchearlo cada vez que pudo.
Mientras Atmane naufragaba en su desconcierto, Gasquet se afirmaba en lo suyo. La Philippe Chatrier lo ovacionó de pie, sabiendo que quizás fue la última vez que lo vean victorioso. Porque con esta victoria, el nacido en Béziers extendió su despedida al menos un partido más. Y de paso, rompió un récord: se convirtió en el primer jugador en disputar 22 ediciones del Abierto de Francia.
Su próximo rival saldrá del cruce entre el número 1 del mundo, Jannik Sinner, y Arthur Rinderknech (75º).
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