El que echó por tierra (nunca mejor dicho) sus creencias fue Daniil Medvedev. Si no le gustaba ensuciarse las medias con polvo de ladrillo, la jornada de hoy no lo hizo cambiar de parecer. Cameron Norrie inició suelto y aplicado al "plan de juego". Todo le salía y confirmaba lo que el ruso sabe y siente. No le va la superficie. Fue entonces que se anotó el triunfo por 7-5, 6-3, 4-6, 1-6 y 7-5.
El ruso lleva dos años sin ganar un título, y ya fuera del Top10 nada indica que no siga bajando en el ranking mundial. Una victoria en Grand Slam esta temporada es poco, demasiado poco.
Este cabeza de serie número 11 tenía un techo en los cuartos de final de 2021, donde fue frenado por Stefanos Tsitsipas. Antes de eso acumulaba cinco temporadas sin superar la primera ronda algo que se hace habitual en estos tiempos sin distinción de rival ni superficie. En 2023 se marchó también en cinco sets contra Thiago Seyboth Wild, que era 172 del mundo, y el año pasado las superó con dificultad en cuatro frente al alemán Dominic Koepfer, 65 del mundo, antes de ceder en octavos vs. Alex de Miñaur.
Su derrota, además, abre posibilidades en el cuadro a jugadores como Ugo Humbert, Jacob Fearnley o el propio Norrie, verdugo del ruso. Uno de ellos se meterá en octavos de final, donde se medirían, potencialmente, a Novak Djokovic.
Para el ganador, que nunca encadenó dos triunfos en esta ciudad, se le aparece Federico Gómez en el camino. Que logró su primer éxito en un Major (al estadounidense Aleksandar Kovacevic, por 4-6, 6-4, 6-4 y 6-1) y no quiere desaprovechar esta chance de redención con el deporte que ama.
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