Gael Monfils es el ejemplo del jugar por placer. Lejos de resultados o ambiciones por marcas, el francés hace un largo tiempo que no figura en los primeros planos de ranking (hoy es el 42° del mundo y no perfora el puesto 30° desde 2022) ni torneos (ganó el ATP de Auckland esta temporada pero después ganó un puñado de partidos sin superar las terceras rondas).
Sin embargo, no se baja de su verdadera pasión por el deporte y por competir con jóvenes que, incluso, podrían ser sus hijos pese a los haters de turno. A sus 38 años no deja de sorprenderse con lo leído tras perder en el ATP 500 de Washington 2025 vs. Wu Yibing.
Ya está "curtido" al respecto y denunció amenazas: "La verdad es que leer esos mensajes no me afecta porque trato de enfocarme en todo lo positivo que hay en mi vida. Cuando la gente me dice que jugué mal, que estoy acabado y deje de jugar al tenis, claro que yo también lo pienso, quizá esté acabado. Sinceramente, no entiendo a la gente que envía esos mensajes".
Y prosiguió: "Uno no se rinde después de una derrota como ésta. Al contrario, voy a buscar soluciones con más intensidad porque al que más le molesta una caída es a mí. Me pongo furioso conmigo mismo porque pienso, ¿qué hago aquí cuando podría estar disfrutando con mi hija y con mi mujer, de vacaciones?".
"Cuando me veo jugando tan mal, me vuelvo loco al pensar que estoy perdiendo el tiempo. A veces, alguna gente se creerá que es divertido viajar a un torneo, salir a pista para competir y hacerlo mal. No, eso no es una vida fácil siempre, sobre todo, cuando lo haces mal y te das cuenta de que podrías haberte quedado en casa disfrutando de tu familia. Es duro, pero este es el camino que elegí, así que lo acepto. Solo queda trabajar más y mejor para revertir la situación", señaló un profesional que buscará mejores sensaciones en Canadá y Cincinnati, antes del US Open. Porque no está muerto quien pelea.
