Solana Sierra (70ª) irrumpió hace algunas semanas en el circuito con la fuerza de un huracán. Simple y tímida, se encargó de demostrar su talento donde más sabe: en la cancha. Allí habló con un tenis agresivo, moderno, que despertó la ilusión en los fanáticos argentinos. Sin embargo, todo el esfuerzo físico y emocional de ese Wimbledon soñado -donde arribó a la segunda semana tras haber ingresado como lucky loser- lo pagó con una pausa necesaria en su Mar del Plata natal, entre familia, amigos y una pequeña lesión. Ya recuperada, en su regreso al circuito, quedó eliminada en la ronda final de la fase previa del WTA 1000 de Cincinnati.
En una de sus primeras apariciones en esta clase de eventos, la argentina -ya afirmada en el Top 100- perdió ante la local Emina Bektas (299ª) por 6-3 y 7-5 en 1h17m de juego. Así, salvo que se produzcan un par de bajas que le permitan ingresar como perdedora afortunada (aún cuenta con algunas chances de debutar en un cuadro principal de un WTA 1000), continuará su camino hacia el US Open. Será el primer Grand Slam que disputará ingresando de manera directa.
Tras un primer set parejo, en el que un break inclinó la balanza a favor de la estadounidense de 32 años (su mejor ranking fue el puesto 82), la pasada octavofinalista sobre el césped londinense, verduga de la italiana Martina Trevisan (272ª) en el estreno, tomó la delantera en el segundo parcial. Llegó a estar 4-1 arriba, pero no logró sostener la precisión y terminó ganando solo uno de los siguientes siete juegos.
Pese a haber conectado 12 aces, su bajo 57% de primeros saques (aunque ganó el 74% de esos puntos) y su poca efectividad al aprovechar las chances de quiebre terminaron costándole el partido a Sierra, la cual aguardará hasta último momento por un guiño del destino para ingresar como lucky loser y debutar absolutamente en la categoría.
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