¿Acaso el destino la tocó con la varita mágica de los Grand Slams? Eso no se sabe, aún… pero lo que sí es seguro es que Naomi Osaka (24ª del ranking WTA) volvió a ser la que brilló en el circuito entre el 2018 y el 2021, antes de hacerse a un costado por maternidad y reiteradas lesiones que la marginaron del circuito femenino.
Con su sólido triunfo ante Coco Gauff (3ª) por 6-3 y 6-2, la japonesa acentuó su buen presente con un tenis que hace mucho no se veía. Un gran tenis que la catapultó hasta los cuartos de final del US Open, una instancia en donde no decía presente desde el 2021 en el Australian Open, donde se terminaría consagrando con su último título.
Lo curioso acá nace desde su desempeño tras llegar a esta altura en torneos de esta categoría, porque todas las veces que alcanzó los cuartos de final de un torneo de Grand Slam, terminó siendo campeona: US Open 2018 y 2020 y Australian Open 2019 y 2021.
En el resto de sus participaciones en torneos majors sólo obtuvo como mejor resultado la cuarta ronda lograda en el Abierto de los Estados Unidos 2019. Después solo fueron actuaciones dentro de las tres primeras rondas, sin pena ni gloria. Además, todavía tiene como cuenta pendiente lograr defender con creces un título de esta categoría, ya que al año siguiente de haberlo ganado, cayó en las rondas recién mencionadas.
Naomi Osaka está a punto para poder continuar con este ritual que, según los papeles, la dirigen directo hacia lo que puede llegar a ser su quinto título de Grand Slam. Pero para eso primero deberá superar a su rival de cuartos de final, la checa Karolina Muchova (13ª), quien viene de superar en tres sets a Marta Kostyuk (28ª).
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