Rafael Nadal frenó a Diego Schwartzman en semifinales y se clasificó a una nueva final en casa: Roland Garros. Se impuso 6-3, 6-3 y 7-6 (0) y avanzó por 13ª vez hasta el último día del torneo en lo que ya es una marca récord, con el plus de que ganó las 12 finales que jugó en París.
Si sale campeón el domingo, igualará a Roger Federer con el récord de 20 copas de Grand Slam. Impactante. Demencial.
Pero para ello hubo un partido semifinal. Un eterno game inicial de 14 minutos mostró la pauta de lo que sería el match. Mucho más disputado de lo que indicó el resultado fue el primer set. Fueron 67 minutos en los que el argentino, cuando cedió iniciativa, dejó a Rafa meterse en cancha agresivo. Así mantuvo la ventaja para sellar el 6-3.
El peor momento del partido para el Peque fue el comienzo del segundo. Concediendo errores no forzados y falto de profundidad. Nadal no suele tomarse licencias en una situación semejante y sentenció un nuevo 6-3. Si bien enfrente tenía al mejor de los mejores en tierra a Diego se lo vio contrariado, impreciso e incómodo. Lejos de poder dominar lo que estaba a su alcance.
En el tercer set se vio lo mejor de ambos. Breaks, discusiones con la umpire, piques sobre las líneas, toques, voleas y un alto nivel que llevó al match hasta el tiebreak donde el español sacó a relucir su chapa de candidato y puso las cosas en su lugar. El 7-0 dejó las cosas más que claras.
Como pasó con Nadia Podoroska, que debutó en una semifinal de Grand Slam, el argentino jugó su mejor Grand Slam. Saltó por vez primera al Top 10 y será N°8.
Para el español, que ganó las 13 semifinales que disputó en el Bois de Boulogne y ahora es el segundo hombre con más victorias en un mismo Grand Slam y registro de 99-2, solo le resta el último escalón para seguir haciendo aún más historia.