Las condiciones climáticas se han convertido prácticamente en inhumanas en el Cincinnati Open. Tal como sucede en el inicio de la temporada, generalmente en el Australian Open, las altas temperaturas han provocado que múltiples tenistas hayan expresado públicamente su descontento en la actual edición, llegando a marearse, desplomarse en el campo de juego e incluso retirarse.
Posiblemente el poco viento que corra durante esta época en el estado de Ohio, situado en el medio oeste de los Estados Unidos, sea uno de los factores principales para que los tenistas, tanto en el circuito masculino como femenino, sufran en demasía sus diferentes presentaciones en el último evento de relevancia en la previa del US Open, debiendo enfrentarse a más de 40 grados de sensación térmica prácticamente todos los días.
Ni siquiera las continuas lluvias logran aliviar un poco el pesado ambiente y así darle un respiro a los protagonistas, quienes buscan algo de aire en cada descanso, dirigiéndose rápidamente hacia la sombra más cercana antes de regresar al rayo de sol que atenta contra su mejor versión e irremediablemente baja la vara del espectáculo.
Indudablemente la mayor preocupación la aportó el francés Arthur Rinderknech (70°), el cual la pasó verdaderamente mal en su duelo frente al canadiense Felix Auger-Aliassime (28°) por la tercera ronda, viéndose forzado a abandonar el match en el 4-2 del segundo set luego de arrojarse en el suelo de la Champions Court unos games antes y recibir atención médica con toallas heladas para bajar el calor de su cuerpo.
No obstante, las noticias negativas continuarían en la competencia norteamericana, porque este martes el argentino Francisco Comesaña (71°) también acusaría recibo del agotador clima al acusar náuseas y solicitar asistencia en el pleito versus el gigante local Reilly Opelka (73°), mientras que el checo Jakub Mensik (17°) diría basta unos minutos después, en el cruce ante el lucky loser italiano Luca Nardi (98°), al priorizar su salud sobre un simple resultado deportivo.
"Entiendo que físicamente es difícil jugar con este calor para todos, pero no sé muy bien por qué me resulta a mí más difícil que antes. Tengo que encontrar los motivos pero todavía no los tengo", manifestaría el ruso Daniil Medvedev (15°), uno de los players que generalmente más padece el sofocamiento, luego de aguantar la dura realidad y despedirse en manos del australiano Adam Walton (85°).
Otro de los que pondría el grito en el cielo sería justamente Auger-Aliassime, el cual lanzaría un amable consejo a los espectadores: "Siento que estamos en un horno, incluso para los fans. Estamos en movimiento y concentrados en intentar ganar, pero la afición lleva mucho tiempo sentada, al igual que nuestros equipos. Un recordatorio amistoso: beban mucha agua, traigan gorras y manténganse lo más frescos posible".
Cabe destacar que el calor no solo repercutiría directamente en el desempeño de estrellas, a raíz de que el extenso complejo también sufriría consecuencias graves al padecer un corte energético que desencadenaría en un incendio y obligaría a frenar la actividad durante 90 minutos al no contar con el ya indispensable llamado de línea electrónico.
Toda la actividad del Masters 1000 de Cincinnati puede seguirse en VIVO por Disney+.
