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El peor enemigo de los Warriors son ellos mismos...y los Spurs

SAN ANTONIO -- Los San Antonio Spurs vencieron a los Golden State Warriors el sábado por la noche para alargar la marcha perfecta en casa de esta temporada.

Más importante para demostrar al mundo del basquetbol y sobre todo a ellos mismos que son capaces de competir con los Warriors en cualquier circunstancia, incluso cuando llegue el momento de la postemporada.

El sábado por la noche, en el AT&T Center, los Spurs aprovecharon cualquiera de los poquísimos "huecos" o debilidades de un equipo, que la mayor parte del tiempo parece perfecto.

Física y mentalmente fueron superiores.

Y en este momento, los Spurs son un equipo mucho más sano que los Warriors, quienes el domingo evidenciaron el problema que pueden tener si sus hombres grandes están fuera de acción, como sucedió con Andrew Bogut (dedo del pie), y del suplente Festus Ezeli (rodilla), y el delantero Andre Iguodala (tobillo).

"Los Warriors son un gran equipo y todo el mundo lo sabe", dijo el guardia de los Spurs Danny Green. "Hoy pudimos convencernos, quizá hasta a nosotros mismos de que podemos competir. Esta noche (sábado) fue un gran triunfo, una buena prueba para nosotros".

"Al final del día, sólo es un partido de temporada regular", agregó. "Ahora tenemos que seguir adelante y mantenernos sanos. Ya estamos adentro de la postemporada y sabeos que para llegar a la meta, tarde o temprano tienes que pasar sobre los Warriors, son los campeones".

Green y Manu Ginóbili coincidieron al final del partido en que estos Spurs van a cerrar a la alza la temporada en los 13 partidos restantes.
El propio guardia argentino por fin regresó de una lesión que lo mantuvo por 17 partidos fuera y dijo que cada vez se siente mejor, en su estado físico sin dolor y en ritmo de juego

"Si estamos completos, hemos visto a lo largo de los años que podemos competir", dijo Ginóbili. "Cada vez nos sentimos mejor como equipo y de manera individual".

Los Spurs tienen armas de sobra de en este momento. El sábado se dieron el lujo de sentar al legendario Tim Duncan, en una medida estratégica para alinear como titular a Boris Diaw para que hiciera pareja enfrente con LaMarcus Aldrige.

También fueron capaces de mandar a nueve defensivos diferentes para que incomodaran al mejor tirador de los últimos años en la NBA. Y lo consiguieron.

San Antonio demostró que Stephen Curry tampoco es perfecto, si se le defiende de la manera correcta, con el libro de reglas en la mano o sin él...

"Danny (Green) estuvo enfrente de él (Curry) para hacerle la vida más complicada", dijo Aldrige. "Ese muchacho, ese equipo puede anotar. Hoy mostramos que a veces no son infalibles".

Aunque parezca increíble, la distancia entre ambos equipos ya sólo es de tres partidos en la tabla de posiciones con 13 por disputar en la campaña real.

Parece casi imposible de pensar que los Warriors perderán tres de esos. Tampoco se ve probable que el entrenador Steve Kerr comience a utilizar la estrategia "Gregg Popovich" de administración de recursos humanos para evitar arriesgar que los Spurs pudieran alcanzarlos y que pudieran perder la ventaja de localía en los playoffs.

Pero de los 13 partidos restantes, dos aún son contra los Spurs, incluido el penúltimo en el infierno para ellos de San Antonio, donde el sábado perdieron su partido 33 consecutivo de temporada regular.

Y los Warriors saben ahora que si pretenden eliminar a los Spurs cuando lleguen esos partidos decisivos al final de la temporada, para evitar ceder la ventaja de localía, que haría aún más difícil el choque en una eventual serie de campeonato de conferencia, tendrán que recurrir a muchas más armas que los tiros de larga distancia.

"La cosa más grande esta noche (sábado) fue que tratamos de explotar los espacios disparando un montón de tiros desde el perímetro", dijo Curry. "Está bien, si es que están entrando. Pero de inmediato sabes cómo irá la noche si fallas los primeros tres, como me sucedió".

"Tenemos que ser capaces de atacar la canasta un poco más en diferentes circunstancias".