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La NBA Cup como despegue: ¿Es el comienzo del reinado de Victor Wembanyama?

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San Antonio Spurs y sus credenciales de gran candidato (2:32)

Sebastián Martínez Christensen analiza el presente de los Spurs y ya imagina el posible nacimiento de una gran rivalidad con Oklahoma City Thunder. (2:32)

El regreso de Victor Wembanyama fue un mensaje: los Spurs son buenos sin él, pero con él pueden ser indestructibles. Doce fueron los partidos que San Antonio jugó sin el unicornio francés. En ese lapso, el equipo de Mitch Johnson tuvo un récord de nueve triunfos y tres derrotas, números prometedores y meritorios que demuestran que son mucho más que Wembanyama.

Lo que también sabemos es que sin él son un equipo más dentro de la NBA.

Wemby empieza a vivir lo que alguna vez vivió LeBron James: sobrevivir a la expectativa primero para intentar superarla después. LeBron arribó a la liga en el amanecer de la era de las redes sociales y Victor en el amanecer de la inteligencia artificial. Pasaron dos décadas entre la llegada de uno y otro, el mundo es completamente distinto, pero la ilusión que provoca un biotipo novedoso para el promedio es definitivamente parecida.

Wembanyama puede hacerlo todo, pero necesita de todos para poder hacerlo. Es un jugador imposible, creador del básquetbol 360 grados, pero es importante entender que se suma a una estructura y no que la estructura se amolda en función de él. Más allá de figuras de enciclopedia, este deporte fue, es y será un juego de equipo: sin un ecosistema alrededor que controle la infinidad de variables que tiene un partido, no hay chance de que el francés logre mostrar lo que sabe hacer.

Es lo que es, no alcanza con lo que parece que es. En definitiva, ni siquiera Vincent Van Gogh podría haber sido quien fue si no hubiera tenido lienzo, pinceles y tiempo para lograrlo.

A Wembanyama, con su trombosis primero en la temporada pasada, y con su dolencia de pantorrilla en la actual, le cubrieron la espalda. Las lesiones son siempre problemáticas, pero en el caso de una gema como el francés, la preocupación se exacerba a límites insospechados. Sin embargo, su baja permitió el desarrollo de otros talentos en curso. El regreso de D'Aaron Fox ayudó mucho, pero la esencia de este roster es la presión asfixiante de Stephon Castle y Dylan Harper en la primera línea, secundados por un coro de alumnos disciplinados.

El Thunder supo, en semifinales de la NBA Cup, lo que es atragantarse con su propio veneno. Los Spurs le provocaron 15 pérdidas de balón al campeón reinante que se tradujeron en 26 puntos a favor. Es muy duro pasar la primera línea de la defensa y encontrarse con Wembanyama en el patio trasero. Es puro temor lo que se percibe. Algo así como toparse con un monstruo de nivel que bloquea cualquier intento o confunde ante cada incursión valiente en tierra de gigantes.

Wemby no se hizo el tonto a la hora de regresar. No eligió el partido para estar cómodo, sino que dejó que el partido lo eligiera a él. Porque salir de estar 12 partidos fuera para enfrentar a Shai Gilgeous-Alexander, Jalen Williams y Chet Holmgren en una semifinal (de lo que sea) no era la noticia más esperanzadora que un atleta de su magnitud podía recibir. Era un riesgo. Sin embargo, ante la duda generalizada, respondió: su equipo estuvo +21 en los 21 minutos que a él le tocó estar en cancha, frente al -19 en los 27 que estuvo fuera.

La NBA de Adam Silver, creadora de un minitorneo dentro de la serie regular que no termina de despegar del todo, le deja en bandeja una primera gran oportunidad a Wemby de ganar algo. No nos confundamos, no está ni cerca de ser un trofeo de campeonato, pero es al menos "algo": la chance de terminar con la histeria de la expectativa para finalmente concretar.

Lo que alguna vez se supuso, la inventiva que voló en el imaginario de la fantasía de muchos, puede decantar en final feliz. Quizás más temprano de lo esperado.

La final de la NBA Cup ante New York Knicks: una definición sin favoritos

Pero claro, enfrente está New York Knicks, que tiene más experiencia, un líder de lujo como Jalen Brunson y un quinteto que ya sabe lo que es jugar instancias decisivas. No se le ha dado aún, pero piezas como Mikal Bridges en el equilibrio o Karl-Anthony Towns en la pintura tienen muchas batallas encima y necesitan un incentivo para ganar confianza, levantar un trofeo light de mitad de temporada e ir con determinación hacia el Larry O'Brien que se le niega desde hace medio siglo a la Gran Manzana.

Es una definición interesante porque, por sobre todas las cosas, no tiene favoritos. Con el Thunder fuera de acción -mérito de los Spurs- no podemos hablar de una final anticipada de campeonato. Pero sí podemos decir que San Antonio, en este comienzo de serie regular, se ha colado entre los mejores del viejo y lejano Oeste, la Conferencia más competitiva en 2025-2026. Y eso es un mérito enorme.

¿Wembanyama o Brunson? Mal formulada esa pregunta. Se trata de San Antonio Spurs o New York Knicks. Dos estilos distintos, dos modelos diferentes. El futuro que se quiere acercar al presente, San Antonio, y el presente que quiere subirse a un futuro promisorio, New York.

La NBA Cup servirá, entonces, de plataforma de despegue. Más que final, es el comienzo de algo. ¿Quién da más? A partir de este martes por la noche, tendremos respuestas.