CARACAS -- El mayor brote de la pandemia del nuevo coronavirus en Venezuela golpeó directamente al semillero de su deporte más popular.
En un poblado pesquero de la Isla de Margarita, los más de 90 contagios vinculados a una academia de béisbol hicieron encender las alarmas de las autoridades.
La atención del país se volcó hacia Pedro González, una localidad pesquera y agrícola enclavada en un valle. Más precisamente, las miradas voltearon hacia la Academia de Béisbol Roberto Vahlis, señalada como el foco de propagación del virus a través de un directivo y otras personas relacionadas con la escuela, que recientemente viajaron a República Dominicana.
Entre las personas afectadas por el brote están 37 jóvenes peloteros, incluyendo uno que ha firmado con un club de Grandes Ligas, así como empleados de la escuela. Figuran también 26 guardias nacionales, algunos de los cuales prestaban seguridad al centro deportivo, y una treintena de habitantes del pueblo y otras localidades vecinas.
Uno de los primeros en reaccionar fue el propio presidente Nicolás Maduro, quien llamó “irresponsables" a los directivos de la academia por mantener en las instalaciones a unas 60 personas, entre ellas jóvenes deportistas, a pesar de la orden presidencial de la cuarentena que prohibía las aglomeraciones en cualquier centro. Maduro criticó al gobernador opositor del estado insular de Nueva Esparta, alegando que uno de los funcionarios de esa dependencia aprobó la presencia de los deportistas en el centro.
Las afirmaciones de Maduro fueron objetadas por empleados de la academia y familiares de los prospectos. Según aducen, al declararse la cuarentena el 16 de marzo, los vuelos comerciales y los viajes en barco y por tierra fueron suspendidos, con lo que se quedaron sin opciones para salir de la isla y debieron quedarse dentro de la academia.
Ante la multiplicación de los casos, el gobierno ordenó el confinamiento de los miles de habitantes del municipio donde está el poblado e impuso un toque de queda durante las noches en la isla para contener la pandemia que había dejado hasta el sábado 335 contagiados y 10 fallecidos en Venezuela, y que amenaza con generar graves estragos ante el deterioro del sistema de salud y la crisis económica y social que agobia al país.
Por incumplir la cuarentena, las autoridades detuvieron a Roberto Vahlis, quien lleva 12 años dirigiendo bajo una concesión por dos décadas que le otorgó la gobernación de Nueva Esparta. También fueron detenidos su hijo, quien es el gerente del centro, un entrenador, y dos médicas, una de la escuela y otra de la gobernación de la isla.
Asimismo, las autoridades cerraron temporalmente la academia, de donde han salido numerosos prospectos --algunos de ellos de origen humild-- que hoy juegan en las filiales de varios clubes de Grandes Ligas.
El gobierno extendió los controles a las otras 154 academias de béisbol juvenil que operan en Venezuela. Se tuvo que enviar a funcionarios a algunos centros para desalojar a decenas de peloteros que habían quedado encerrados en las escuelas con el inicio de la cuarentena. Las autoridades otorgaron salvoconductos para permitirles el traslado hasta los estados donde residen.
Venezuela se ha mantenido consistentemente como el segundo país que más peloteros extranjeros aporta en las Grandes Ligas, sólo por detrás de la República Dominicana. Entre las figuras venezolanas más destacadas están Miguel Cabrera, José Altuve y Ronald Acuña Jr.
El escándalo desatado por el brote en Margarita puso sobre relieve la actividad de las academias que se han multiplicado en años recientes, luego que muchos de los equipos de las Grandes Ligas cerraron las granjas que tenían en el país debido a la crisis económica y política, mudándose a República Dominicana, a donde ahora deben viajar los prospectos venezolanos para conseguir contratos.
Ante el agravamiento de la situación económica de Venezuela, muchos jóvenes, especialmente de origen pobre, han recurrido a las academias como una vía de escape de la crisis lo que ha contribuido a popularizar esas escuelas en la nación suramericana con una dilatada y gran afición por béisbol.
“Se maneja mucho billete en esas academias, quién sabe qué cosa hay por debajo, compadre”, expresó Maduro en una transmisión de la televisora estatal en la que ordenó una inspección de todas las academias.
Uno de los prospectos que logró recientemente un contrato millonario fue Yhoswar García, de 18 años. En marzo firmó un acuerdo con los Philadelphia Phillies por $2.5 millones de dólares, uno de los más jugosos recibidos por venezolanos al saltar al profesionalismo.
García, quien surgió de la Academia de Béisbol Roberto Vahlis, quedó involucrado en el escándalo de la escuela. Vahlis, su agente y preparador fue detenido antes del contrato.
Las autoridades aseguraron que uno de los focos de contagio de la Isla de Margarita se dio durante una fiesta que realizaron los directivos del centro deportivo para celebrar el millonario contrato del joven pelotero.
The Associated Press solicitó a la academia una reacción sobre el escándalo y la situación de García, pero no se ofrecieron comentarios.
Respecto al caso de García, representantes de los Phillies dijeron al diario local El Nacional que el joven “está resguardado y no ha salido de (Isla) Margarita”, y que estaban tramitando su visa dominicana para llevárselo a Santo Domingo y luego sacarle la visa estadounidense. Sin embargo, explicaron que la cancelación de los vuelos afectó ese proceso.
Agregaron que el joven ya no está en la academia Roberto Vahlis y que seguía esperando por la visa.
En cuanto al impacto que podría tener el incidente en la Isla de Margarita, Rosendo Longa, entrenador por tres décadas de escuelas y academias locales, dijo que no creía que lo ocurrido afectará la imagen y credibilidad del béisbol menor.
“Este es un movimiento muy importante, con muchos años y un gran aval que son todos esos muchachos (venezolanos) que brillan en las Grandes Ligas”, concluyó Longa, de 62 años.
Pero el efecto inmediato ha sido duro en Pedro González y sus 15.000 habitantes. Se quejan de que la notoriedad por el brote provocó que moradores de los municipios aledaños ahora se nieguen a tener contactos con ellos o a realizar transacciones comerciales por miedo a ser contagiados de COVID-19.
Temen también por el eventual cierre de la academia, que ha generado durante una década un centenar de empleos. Advierten que la medida podría agravar aún más la precaria situación de Pedro González, muy golpeada por la cuarentena nacional y la severa escasez de combustible que padece el país petrolero.
La emergencia de salud acabó con las visitas de los turistas, que era otra de las fuentes de ingreso de la localidad.
“Pedro González es un pueblo muy sano que ha quedado al desprecio del resto de la isla, de Venezuela y el mundo”, afirmó Genaro Lista, un jubilado de 61 años que ha vivido más de la mitad de su vida en el poblado costero.
“Como que no nos faltara más desgracia, ahora corremos el riesgo que nos quiten la academia”, añadió Lista al asegurar que el centro deportivo se convirtió en una “bendición” para muchos de los humildes pobladores de Pedro González que solían recibir bolsas de alimentos, desayunos y almuerzos y suministros de agua potable de la escuela.
“En el pueblo tenemos la confianza de que el gobierno va a tener que rectificar y darse cuenta que quitarnos la academia es un error porque nos dejaría sin un sustento”, agregó.