No hay quien entienda a las Grandes Ligas en esto de los esteroides.
Av veces da la sensación de que el comisionado Bud Selig y compañía quieren erigirse en heroicos paladines de la lucha contra el uso de sustancias prohibidas en el béisbol.
Pero al día siguiente parecen dispuestos a mirar hacia otro lado, con sorprendentes niveles de tolerancia o al menos, temerosos de meter las manos en el fuego.
Hace un mes atrás, el tema de la clínica Biogénesis volvió a cobrar fuerza luego de que su fundador, Anthony Bosch, empezara a colaborar en la investigación que lleva a cabo la oficina de las Grandes Ligas. En otras palabras, a cantar como papagayo.
De pronto, el fantasma de una larga suspensión de 100 partidos comenzó a revolotear sobre las cabezas de todos los involucrados en este escándalo.
Se decía que los castigos llegarían justo después de la pausa por el Juego de las Estrellas, celebrado el martes pasado en el Citi Field de Nueva York.
Pero de pronto, sale una contraorden que aseguraba que cualquier sanción sería aplicada sólo a partir del 2014.
Y cuando los presuntos infractores respiraban aliviados por aquello de haber ganado algo de tiempo, este lunes se anuncia que Ryan Braun queda fuera sin paga por el resto de la campaña.
Casualmente, unos días antes, el sindicato de jugadores se había lavado las manos como Poncio Pilatos y dicho que no defendería a los peloteros involucrados en el uso de sustancias prohibidas y dos días después le cae el mazazo en la cabeza al de los Cerveceros de Milwaukee.
Todo indica que Braun, quien se negó a responder preguntas de los investigadores de MLB en una primera reunión, lo pensó mejor y se rindió ante las evidencias.
Borrón y cuenta nueva. Otra reunión con una tónica diferente y un acuerdo para limitar el castigo a los 65 partidos que restan de esta campaña.
Este muchacho es más resbaladizo que una anguila. Primero da positivo y logra escapar de una sanción de 50 juegos por un simple tecnicismo. Ahora, consigue recortar la pena en un 35 por ciento.
¿Qué viene ahora, después de esto? ¿Acaso un efecto dominó, con una pieza cayendo detrás de otra? En ese caso, ¿cuál será el próximo en caer?
Podría ser el turno de Alex Rodríguez. Se hace muy raro que la pasada semana, los Yankees anunciaron que su antesalista titular estaría de regreso tan pronto como este lunes y de pronto, sin que mediaran sospechas de dolencias, vuelven a colocarlo en la lista de lesionados.
Ni siquiera se queda en Ligas Menores, sino a los inhabilitados, por una supuesta lesión en el cuádriceps izquierdo que lo envía de regreso a las instalaciones de los Yankees de Nueva York en Tampa, donde no represente mucha distracción a toda la organización.
¿Y luego? ¿Melky Cabrera? Esto parece una telenovela. Sólo que a diferencia de los culebrones, en los que siempre el bueno mata al malo y el muchacho se queda con la muchacha, aquí no se sabe que va a pasar en el próximo capítulo y mucho menos, en qué va a terminar.