LOS ÁNGELES -- Los aficionados llenaron por completo el espacioso Dodger Stadium, que mostró una euforia especial en el inicio de una serie de fin de semana que muchos han etiquetado como la probable previa del "Clásico de Otoño" de octubre.
Sin embargo, el inicialista mexicano Adrián González, quien por razones lógicas es uno de los elementos que más atención generará en la serie, no lució muy entusiasmado de medirse a su antiguo equipo.
"Es una serie de temporada regular, nada más", dijo González a ESPNdeportes.com. "Trataremos de seguir jugando bien", agregó el inicialista, que reiteradamente rechazó hablar con la prensa de Boston sobre la serie, actitud que fue imitada por el jardinero Carl Crawford.
Cuando ESPNdeportes.com le preguntó a González si hay algún sentimiento especial por enfrentar a los Medias Rojas, respondió: "No. Es lo mismo que cuando me enfrenté por primera vez a San Diego, a Texas o cualquier otro de los equipos que me ha cambiado".
Más de 50 mil fanáticos, un centenar de periodistas y la presencia de la televisión nacional le dieron un ambiente especial al arranque del enfrentamiento entre Medias Rojas de Boston y Dodgers de Los Ángeles, equipos que con 75 victorias cada uno, entraron a la serie liderando sus respectivas divisiones en la actual temporada.
Como si eso fuera poco, durante la primera visita de los Medias Rojas a Dodger Stadium en 11 años --y apenas la segunda de por vida-- se cumple el primer aniversario del megacambio de nueve jugadores que mandó a González, Crawford, Josh Beckett y Nick Punto de Boston a Los Ángeles por James Loney y cuatro peloteros de las ligas menores.
En el movimiento, completado el sábado 25 de agosto del 2012, los Dodgers cargaron su nómina con $265 millones de dólares y con parte de la base que los ha convertido en uno de los clubes favoritos para llegar a la Serie Mundial.
Del grupo que pasó a Los Ángeles, nadie estuvo más feliz que González, quien llegó a considerar "una novela" la situación en Boston en agosto del año pasado, cuando el conjunto acumulaba más conflictos que victorias. Además, y más importante, el cambio le significó regresar a su hogar en California al nativo de San Diego.
"Todos estaban tan felices, que incluso no pusieron tanta atención a los resultados inmediatos", dijo Don Mattingly, manager de los Dodgers, sobre el final de la temporada pasada.
Los Angeles tuvo marca de 86-76, pero terminó a ocho juegos del primer lugar, detrás de Gigantes de San Francisco, en la División Oeste. Boston fue sotanero en el este del joven circuito, con 69-93.
Boston, de la Liga Americana, y Dodgers, de la Liga Nacional, son las dos franquicias más populares del béisbol después de Yankees de Nueva York. Ellos se midieron en la Serie Mundial de 1916, que ganaron los Medias Rojas en cinco partidos, y luego dos veces más en interligas (Dodgers barrió tres juegos en Los Ángeles en 2002 y Boston hizo lo mismo en Fenway Park en 2010) antes de este fin de semana.
Desde el megacambio del año pasado, Los Ángeles tiene marca de 91-70, la octava mejor de Grandes Ligas, y Boston 84-80, en decimocuarto lugar.
"Sería grandioso que estos dos equipos llegaran a la Serie Mundial, pero en realidad es demasiado temprano para hablar de eso. Primero hay que clasificar y luego avanzar por el complicado sistema de los playoffs", dijo el torpedero dominicano de los Dodgers, Hanley Ramírez, quien fue firmado originalmente por Boston en el 2000.
"En verdad quisiera que esto sucediera", dijo el bateador designado de Boston, David Ortiz, sobre un posible playoff entre su equipo y Los Ángeles. "Hay tantos antiguos compañeros del otro lado. que me sentiría bien si llegaran a la Serie Mundial", agregó.
"Veremos", dijo sin mucho entusiasmo González, un cuatro veces Todos Estrellas que batea .299 y lidera a los Dodgers en hits (140), jonrones (16) este año.