<
>

Yunel Escobar cumplió su sueño

TAMPA BAY -- Cuando Yunel Escobar y Brayan Peña eran niños en La Habana, soñaban siempre con algún día poder jugar juntos en las Grandes Ligas.

Peña fue el primero en ir a la tierra prometida del béisbol, desertando de Cuba en 1999, y no fue hasta cinco años más tarde que Escobar le pudo seguir los pasos a su mejor amigo.

Tras una trágica travesía que tomó dos días en el mar, junto a otros cinco peloteros, ninguno actualmente en Grandes Ligas, Escobar llegó a Estados Unidos. Luego esperó un año para ser elegible como residente bajo la Ley de Ajuste Cubano hasta eventualmente entrar en el draft de 2005 donde fue elegido por los Bravos de Atlnata en la segunda ronda, gracias precisamente a Peña, quien acababa de subir a mayores con la organización.

"Una vez, cuando estábamos en México, vimos a los Bravos de Atlanta jugando por primera vez, y los dos nos miramos a la cara y siempre supimos que era un sueño", indicó lleno de nostalgia Escobar. "Ver jugar a [Rafael] Furcal, Andruw Jones, Tom Glavine, Greg Maddux, y después de desertar de Cuba los dos encontrarnos en un gran equipo como los Bravos de Atlanta es un gran orgullo para mí y para él, poder representar a Cuba en esa organización tan grande que tenían Bobby Cox y Chipper Jones".

Tras cinco años en Atlanta, equipo a quien Escobar da pleno crédito por la oportunidad de jugar en la "gran carpa", el campocorto fue enviado a Toronto, donde dos años más tarde fue parte del mega canje con Miami en noviembre de 2012. Un mes después, Escobar terminó en Tampa Bay tras ser transferido por los Marlins.

Peña por su parte pasó de Atlanta a los Reales de Kansas City, hasta este año finalmente conseguir un puesto permanente en los Tigres de Detroit como suplente del receptor cubanoamericano Álex Ávila.

"Nunca me imaginé que después de prestarnos hasta las cucharas de comer, llegaríamos juntos a Grandes Ligas. Es algo muy grande para nosotros dos. Me siento muy orgulloso de él, que haya ayudado a los Tigres, ya que ha pasado por varios equipos y gracias a Dios se estableció aquí en la 'gran carpa', es un buen muchacho y muy trabajador y Dios lo está premiando por todo su empeño".

Escobar se ha convertido en un jugador de cuadro clave para los Rays, a quienes el dirigente Joe Maddon ha llamado la mejor escuadra defensiva que ha tenido desde que asumió las riendas del equipo en 2006.

Al redactar estas líneas, los Rays, con 56, tienen uno de los números más bajos en total de errores por equipo, segundos después de los Orioles con 48; ambos llevan buen paso para romper la marca más baja en la historia de 65, establecida por los Marineros de Seattle en la temporada 2003.

El talentoso campocorto ha contribuido con sólo siete errores, la menor cantidad para cualquier pelotero en su posición en las Grandes Ligas, igualado sólo por Troy Tulowitzki, habiendo participado en 32 partidos más que el talentoso jugador de los Rockies de Colorado.

El jugador de 30 años destacó ante las cámaras de Camerino ESPN el gran orgullo que siente de estar honrando el nombre de Cuba, en especial de los habaneros, con su desempeño en el campo. Escobar añora que su desempeño le pueda merecer un guante de oro esta temporada, el primero para un campocorto de ascendencia cubana desde que Rey Ordonez ganó tres consecutivos con los Mets de Nueva York de 1997 a 1999.

Escobar añadió que espera que el gran éxito y reconocimiento que están recibiendo los peloteros cubanos en Grandes Ligas sirva como aliciente para traer más talento de la isla caribeña a Estados Unidos.

"Yoenis Céspedes demostró el año pasado una gran campaña y Yasiel Puig ha demostrado que hay mucho talento en la isla, y hay muchos más, como Aroldis Chapman, José Fernández, de los Marlins, Adeiny Hechavarría, que todavía le faltan juegos pero va a ser un gran campocorto también. Hay mucho futuro y muchos jugadores que no han firmado que van a dar su talento y que vengan que las puertas están abiertas para demostrar que los cubanos tienen mucha calidad".