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River busca el juego perdido

BUENOS AIRES --No es un detalle menor el que expresó Marcelo Gallardo en la conferencia de prensa luego del empate ante Temperley, cuando dijo que este River se motiva en los compromisos decisivos, sin red, como sucederá en la llave contra Guaraní por la Copa Libertadores.

El pasado avala los dichos del entrenador, porque en esos mano a mano se vio la versión más letal de un equipo que viene exhibiendo muchos altibajos. Y no sólo en este reinicio de temporada, sino que es un característica que lo viene acompañando desde el primer semestre del año.

Pero claro, cuando los resultados se dan, hay cosas que quedan sepultadas bajo la implacable e irracional lógica de los triunfos.

Volviendo al presente, el Millo, en esta vuelta a la actividad, cosechó su tercer partido sin paladear una victoria (con una derrota y dos empates). ¿Es un síntoma preocupante? En parte sí, porque no está fino en la creatividad ni en la definición, pero aquí volvemos a la reflexión del comienzo, la que realizó Gallardo acerca del fuego sagrado que se enciende en este equipo cuando las situaciones son límite.

A simple vista el receso no favoreció a River. Porque aquel equipo que culminó con la moral por las nubes después del histórico resultado conseguido en Belo Horizonte ante Cruzeiro, hoy no tiene algunos intérpretes importantes (como Teo y Rojas), ni parecen estar todos sus protagonistas en el nivel más elevado.

Pero….y aquí coloque nuevamente la frase del inicio. Todos los caminos parecen llevarnos allí. Lo que hay que preguntarse es si ese pensamiento hoy tiene un sustento compatible con la realidad. Los partidos que se deben utilizar para cotejar esto son los del semestre pasado, no hay otra alternativa. Y allí sí aparece un guiño cómplice. Da la sensación de que este equipo está buscando ensamblar algunas piezas. Pocas, pero determinantes.

El volante izquierdo aún no tiene la eficacia que pretende Gallardo. Nicolás Bertolo era el elegido para quedarse con esa plaza, pero en el debut se desgarró. Luego el técnico probó con un discontinuo Pity Martínez y también con Sebastián Driussi: ninguno lo convenció como para asegurarse el puesto.

Para reemplazar a Teo tiene bastantes alternativas y dentro de ese ramillete de posibilidades Javier Saviola se perfila como el candidato más firme a sucederlo.

Pero es la contundencia el casillero que Gallardo desea llenar lo más rápido posible. Porque sabe que afinando la puntería logrará corregir la parte del juego que lo desvela.

Si bien River no despliega el fútbol de otros tiempos, genera una cantidad suficiente de situaciones de gol que, de aprovecharlas, podría encarar de forma más tranquila a sus compromisos. La contracara sería que no suceda eso de que se agranda en las difíciles y que siga en la meseta que atraviesa, ahí estaríamos ante el momento más traumático de Gallardo al frente del equipo.

Por esto es que la llave con Guaraní no sólo develará los enigmas que deja este análisis, sino que además impondrá el estado de ánimo que regirá al mundo riverplatense en lo que queda del año.