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¿Un nuevo comienzo para los Yankees -- o el principio del final?

CLEVELAND - Para casi todo en la vida hay por lo menos dos maneras de ver las cosas, incluyendo la más reciente derrota de los Yankees de Nueva York ante los Indios de Cleveland, que los sacó de la cima de la División Este de la Liga Americana por primera vez desde el 2 de julio.

La derrota del miércoles 2-1 puede verse como "el final de una muy buena corrida para un equipo que de todas maneras no se suponía que fuera tan bueno - buen intento, chicos, y los agarramos el año que viene".

O, como el principio de una temporada de 50 juegos en la que los Yankees están a medio juego del primer lugar.

Si eres un Yankee, o solo un fanático de los Yankees, es mejor que optes por la puerta No. 2.

Porque si el equipo le echa una buena mirada a lo que ha ocurrido en las pasadas dos semanas, las posibilidades son de que las cosas solo vayan a empeorar en los próximos dos meses.

Los hechos son fríos, claros y feos: El 28 de julio, los Yankees estaban cómodos en la cima del Este La, con ventaja de siete juegos sobre los Orioles de Baltimore. Los Azulejos de Toronto estaban en cuarto puesto, a un juego detrás de Baltimore y un juego por debajo de los .500.

De hecho, los Yankees lucían tan bien, que tomaron la decisión de no hacer movidas en la fecha de cambios ni salir de sus cotizados prospectos de liga menor - una decisión que en ese momento lucía inteligente y bien pensada. Pero desde ese entonces, Nueva York ha perdido 9 de 13 juegos y luce como que necesita algo de ayuda.

Mientras tanto, los Azulejos consiguieron un torpedero Todos Estrellas en su mejor momento y un ex ganador del Cy Young en la fecha límite de cambios. Y en ese mismo periodo de 15 días, cuando los Yankees comenzaron a resbalar, los Azulejos comenzaron a brillar, al ganar 13 de 14 juegos y remontando 8½ juegos en la tabla de posiciones. No hay duda de hacia donde se encaminan estos dos equipos.

Y aun así, es importante recordar que todavía queda casi un tercio de temporada por jugar. Lo que luce como una catástrofe a mediados de agosto puede ser completamente olvidado al final de septiembre, de la misma forma en que una jugada potencialmente clave en la tercera entrada puede ser recordada como una mera anécdota al final del partido.

Lo que suceda de aquí en adelante queda totalmente en manos de los Yankees de Nueva York - los que están en uniforme en el terreno. No en manos del gerente Brian Cashman ni del dueño del equipo Hal Steinbrenner. Para bien o para mal, ya el trabajo de ellos terminó por esta temporada. Ellos ya tomaron sus decisiones y tendrán que vivir con ellas. Ahora todo queda en manos de los jugadores.

Además es importante recordar que por los primeros 100 juegos de esta temporada, los jugadores que Cashman y Steinbrenner eligieron para tener en uniforme cumplieron con las expectativas y más. Sí, los Yankees son viejos, y sí, es una temporada larga, y seguro, los jugadores se cansan en una temporada de 162 juegos.

Pero eso también aplica a los Azulejos, quienes tienen la segunda ofensiva más vieja en todo el béisbol y un calendario igualito de 162 partidos, contra los mismos equipos y jugando bajo las mismas reglas.

Desde este punto en adelante, ambos equipos están practicamente de igual a igual. Los Azulejos tienen dos victorias más, los Yankees una derrota menos. Apenas un .003 por ciento los separa en la tabla de posiciones.

Así que no hay duda de que fue una sorpresa para los Yankees el agarrar el periódico del jueves en la mañana y ver a otro equipo encima de ellos por primera vez en 41 días, así que no van a tener más opción que dejar eso a un lado y comenzar a jugar el mismo tipo de béisbol que jugaban hace apenas dos semanas.

La derrota del miércoles fue un microcosmos del reciente declive de los Yankees: buen pitcheo abridor, excelente defensiva en el cuadro interior, y un bateo absolutamente abismal.

CC Sabathia no fue grandioso - permitió nueve hits y necesitó la ayuda de dos dobles matanzas y algo de buen guante de parte del torpedero Didi Gregorius -- pero cuando el zurdo de 35 años maniata a cualquier contrario a apenas dos carreras, los Yankees no tienen excusas para no ganar ese partido.

Los Yankees tomaron ventaja temprana gracias al cuadrangular de Brian McCann, pero no pudieron conectar otro hit oportuno en el resto del encuentro. Ellos tuvieron varias oportunidades de darle vuelta a la pizarra en la séptima y octava entradas, pero en par de ocasiones fallaron en traer a los corredores al plato desde segunda y tercera. La primera oportunidad fallida fue cuando Gregorius conectó elevado débil y Chris Young se ponchó en la séptima. En la octava, los Yankees desperdiciaron un par de boletos con un out cuando Alex Rodríguez, cuya producción ha bajado dramáticamente en este mes, conectó rodado para una doble matanza que cerraría la entrada.

Y de esa forma, una ventaja de siete juegos en la división se evaporó como agua en el desierto.

"Es difícil creerlo", dijo Rodríguez. "Obviamente no podemos controlar lo que hacen los Azulejos, o lo que hace cualquier otro equipo en el Este de la Liga Americana. Nosotros tenemos que preocuparnos por lo que nosotros podemos hacer. Y todavía tenemos que jugar buen béisbol".

Y eso tiene que comenzar el jueves en la noche en Cleveland, si no quieren otra humillación de parte de un equipo inferior. Los Vigilantes de Texas barrieron a los Yankees, los Atléticos de Oakland ganaron tres de cuatro ante ellos en mayo y los Filis de Filadelfia se llevaron dos victorias en Yankee Stadium en junio.

Esas derrotas fueron lo suficientemente malas, pero una barrida a manos de los Indios podría ser peor - considerando lo poco por lo que tiene que jugar Cleveland, y lo mucho que tienen en juego por Yankees.

"Me estás pidiendo que juegue a ser psicólogo", dijo el manager de los Yankees Joe Girardi cuando se le preguntó el tipo de efecto emocional que podría tener sobre el equipo el haber caído de la primer aposición. "Yo no lo sé. Obviamente uno quiere estar en primer lugar. Esa es la meta. La fecha de final de temporada es la fecha más importante en la que uno quiere estar ahí. Quizás esto termine siendo algo bueno. ¿Quién sabe?"

Quizás sea así y quizás no. Los Yankees podrían ganar el juego final en Cleveland - y los tres juegos cruciales que le siguen en este fin de semana en Toronto - y tratarlos como un nuevo comienzo, o como el comienzo del final.

"Esto se va a decidir de acuerdo a lo que hagamos en los próximos 50 juegos o la cantidad que nos reste", dijo Girardi. "Nosotros sabíamos que estábamos en una batalla antes del partido de hoy. Y todavía seguimos en ella".

Ahora, queda en manos de los Yankees el no salirse de esa batalla.